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jueves, 31 de diciembre de 2015

La paz, don de Dios y tarea del hombre
Vence la indiferencia, construye la paz

La indiferencia de nuestro siglo, es a menudo, vinculada a diversas formas de individualismo que producen aislamiento, ignorancia, egoísmo y, esto lleva al desinterés”.
El aumento de las informaciones, de por sí, no es sinónimo de aumento de atención a los problemas, si no es acompañado de una apertura de las conciencias en sentido solidario.

·                        El libro de los Números, indica cómo deberá ser bendecido el pueblo: «El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor; el Señor se fije en ti y te conceda la paz.»
La paz, el resumen de todos los bienes que puede desear un hombre, el conjunto de todos los beneficios que puede el hombre recibir de Dios, la meta última de todo lo que Dios está haciendo por su pueblo
El pueblo de Israel tendrá que completar un largo proceso que empezó con la salida de Egipto y la liberación de la esclavitud, llegar a la tierra que Dios le va a entregar, organizar una sociedad en la que nadie sea esclavo de nadie y establecer unas relaciones de amistad con sus vecinos.
La paz es, por tanto, la meta; pero en nombre de la paz no se puede eludir el proceso: para llegar a la meta no hay más remedio que recorrer todo el camino.
El fin último no es la liberación, sino la paz, pero la paz es incompatible con la opresión y la injusticia.
·                        En la organización patriarcal de la familia, vigente en la Palestina de los tiempos de Jesús, convivían en la misma casa, en la casa del padre, tanto los hijos como los siervos.
Todos estaban sometidos a la autoridad del padre, pero mientras unos, los hijos, eran considerados hombres libres, otros, los siervos, tenían un grado de libertad prácticamente inexistente.
El paso de una situación a otra coincide con la adopción de la fe cristiana, con el don del Espíritu, con la participación de María y el hecho de  ser recibidos como hijos en la casa del Padre Dios.
El Espíritu, recibido y aceptado libremente, convierte al hombre en hijo de Dios, llevando así a término la tarea de Jesús: «rescatar a los que estaban sometidos a la Ley, para que recibiéramos la condición de hijos».
Pablo quiere subrayar que esta tarea quiso realizarla el Padre, desde abajo, haciéndose presente, en un hombre, en el mundo de los hombres.
Jesús no fue un dios disfrazado de hombre: la suya era carne nacida de una mujer, de una mujer pobre y sencilla, en la que se fijó de manera especial la mirada de Dios, centrando en ella el cumplimiento de todas las promesas del Señor a su pueblo.
Ella fue una mujer que, como todos los seres humanos, tuvo que someterse a un proceso, a veces difícil, con momentos de especial dureza, para ir alcanzando con la plenitud de la fe, su propia liberación, para ir incorporando a su papel de madre su vocación de hermana.
· El Evangelio nos cuenta que los marginados, espoleados por la noticia del ángel, van derechos al objetivo: quieren comprobar con sus propios ojos que su sueño se ha hecho realidad
Van a toda prisa y encuentran a María y a José, y al niño recostado en el pesebre.
Dan con una pequeña comunidad familiar, descrita como toda comunidad bien constituida, con tres personajes.
Se trata de un grupo humano real, con funciones bien diferenciadas: María, la madre,; José, el padre, el niño  recostado en un pesebre, impotente, tan marginado como los mismos pastores.
Es el inicio de un cambio de valores que hará historia.

Celebrar a María, hoy, desde la misericordia de Jesús, significa hacernos sensibles  y reaccionar con hechos y palabras, ante el dolor de las mujeres, de modo especial, las abandonadas, las madres solteras, las que se prostituyen, las migrantes.
Celebrar un año nuevo nos compromete a mirar adelante, trazarnos metas importantes pero que podamos alcanzar con pequeños pasos que no se detienen; señalarnos esos pasos.
Construir la paz nos compromete a interesarnos y reaccionar en torno a toda clase de injusticia de carácter local, nacional y mundial, sobre todo las que más dañan la vida y la dignidad de la persona.
Construir la paz nos compromete a educarnos día con día en los caminos que la construyen: El respeto, el diálogo y la colaboración en todos los espacios en que nos movemos.
Feliz año nuevo en el que, todos seamos constructores de la paz.

Diciembre 31 del 2015
Cosme Carlos Ríos



sábado, 26 de diciembre de 2015

Familias que se integran a partir del encuentro con Dios

Una de los problemas que, hoy más aquejan a la familia, es la desintegración familiar, porque cada uno vive en su mundo, y porque somos muy poco tolerantes con los demás.
A diferencia de la forma en que las familias antiguas participaban en la vida religiosa, hoy es marcada la ausencia de los varones en el culto.

El libro de Samuel del que tomamos la primera lectura de hoy, abarca un amplio e importante período de la historia de Israel. Es el que transcurre entre el fin de la época de los Jueces y los últimos años del reinado de David, o sea, entre el 1050 y el 970 a. C.
Israel vive en este tiempo una difícil etapa de transición, que determina el paso del régimen tribal a la instauración de un estado monárquico.
Aquí se nos descubre la obra de Dios en el corazón de los hombres y la manera como éstos cooperan al reino de Dios. El tema central del libro es el advenimiento de la monarquía bajo la guía de Samuel como juez y profeta.
La historia de Samuel, el primero de los grandes profetas que dejaron una huella indeleble en la vida de Israel, comienza con el relato de su nacimiento, su infancia y su vocación profética.
La tradición bíblica nos da de Samuel una imagen con muchos aspectos, ya que lo presenta ejerciendo las funciones de "juez", de sacerdote, de vidente y de profeta.
Su acción se desarrolla en una época de profunda transformación social, cuando ya las viejas instituciones israelitas no ofrecen una respuesta válida a la crisis provocada por el desafío filisteo.
Se nos habla de su nacimiento y en esta ocasión de su consagración a Dios. Toda la familia de Ana sube al santuario. 
Al hablar de destetar, cabe suponer que tenía Samuel de tres a cuatro años. Junto con el niño, ofreció la familia un toro de tres años, 36 litros de harina y un odre de vino.
Él niño es presentado a Helí. Puesto que Dios se lo ha regalado, quiere Ana que quede como propiedad de Yahvé, sirviéndole en el santuario.
Esta religiosidad practicada en familia, que consagra los hijos para que colaboren en el plan de Dios, es modelo para nuestras familias de hoy.

El clima religioso en que creció Jesús, era el de la piedad propia del primer testamento. Parte importante de ésta eran las peregrinaciones al templo.
La fiesta pascual de los ácimos duraba siete días. La vuelta sólo se podía emprender pasado el segundo día de la fiesta; la sagrada familia se quedó allí la semana entera.
Al final emprendieron la vuelta María y José. Se viajaba en una caravana. La fila no era compacta: iba dividida en grupos de parientes y conocidos. Esta manera de peregrinar juntos aumentaba la seguridad y daba a la vez cierta libertad de movimientos
Ellos, no se dieron cuenta de la ausencia de Jesús hasta que transcurrió el primer día de viaje. Un niño de doce años en Oriente tiene gran libertad de movimientos. Era natural que fuese entre alguno de los grupos, un poco desordenados y distanciados de la caravana.
Se nos presenta a María y a José como una familia profundamente religiosa y observante, y también como una familia unida, puesto que viajan juntos, a pesar de que María no estaba obligada participar en la peregrinación.

Ser familia como la de Ana, que da mucha importancia al culto, a la consagración de los hijos a Dios, implica para nosotros, descubrir en el culto a un Dios de vida, de libertad que nos hizo iguales en dignidad.
Ser familia como la de Nazaret, implica para nuestras familias, caminar juntos, buscar juntos, escuchar juntos los planes del Padre que es amor y misericordia.
Ser familias, como la de Nazaret implica para nosotros buscar los caminos que humanizan nuestras relaciones, mediante el respeto mutuo, el diálogo y la colaboración.

Diciembre 26 del 2015
Cosme Carlos Ríos




sábado, 19 de diciembre de 2015

Dios emplea medios pequeños

Es raro ver que en las actividades pastorales de cualquier grupo religioso, se tome en cuenta a los niños, a los ancianos o a las personas que vienen de nuestros pequeños pueblos y  a nuestros campesinos.
Por lo general, las mujeres son muy activas en casi todas las actividades, pero, poco las vemos participar en la planeación y en la toma de decisiones.

El primer libro de Samuel nos dice que después de que Dios ha rechazado a Saúl, envía a Samuel, a Belén, a la casa de Isaí, para elegir de entre sus hijos al nuevo rey.
Isaí  le va presentando a  Samuel a sus hijos, pero, a pesar de que varios tienen buena apariencia, ninguno es el elegido por Dios.
Samuel le pregunta que si ya no tiene más hijos e Isaí le responde que falta el más pequeño que está cuidando las ovejas, Samuel lo manda llamar  y lo unge en presencia de sus hermanos
En la tradición de Israel, David, a pesar de sus pecados,  aparece como el rey ideal, el hombre profundamente religioso, el que lucha por su pueblo y el que no lo explotó con tributos.
El profeta Miqueas, es un profeta pequeño, en comparación con su contemporáneo el profeta Isaías (El libro de Miqueas tiene apenas 7 capítulos frente a los 66 que comprende el libro de Isaías).
Este pequeño profeta campesino, de Moresét Gat, contrapone dos situaciones: una de crisis, en que se halla Judá, amenazada por los asirios, y otra de liberación por efecto de un misterioso Libertador.
Judá no debe desfallecer al verse rodeada de enemigos, sino que debe resistir, porque al fin saldrá victoriosa.
La crisis es momentánea, porque Yahvé hará surgir un líder victorioso que será el libertador de sus compatriotas, el cual saldrá de este reino de Judá ahora en peligro de desaparecer.
La salvación de Dios vendrá, no desde la capital, ni desde una gran príncipe o general, sino de la pequeña Belén, que está a unos 10 kilómetros, y vendrá desde un recién nacido.
Casi nunca la historia nos narra los acontecimientos simples y sencillos de los pobres. Pero en el Evangelio de hoy encontramos una excepción.
Lucas no se ha dejado arrastrar por la tendencia a resaltar las obras de los grandes y poderosos de la tierra; él ha querido mostrar los detalles simples de una realidad que aparentemente no tiene ningún puesto en el desarrollo histórico de una sociedad que sólo considera importante lo que hacen los grandes, los de renombre, los que se creen a sí mismos los únicos protagonistas de la historia.
Aquí, el protagonismo, es de un par de mujeres, personajes ya de por sí devaluados en una sociedad machista, patriarcal, dos niños que aún sin nacer ya están llamando la atención del autor, y el Espíritu Santo, que llena de gozo a Isabel para bendecir a su parienta María y al fruto de su vientre y para cantar las grandezas del Señor.
María e Isabel, personajes que no cuentan mucho en la sociedad, se encuentran, y este encuentro, es la ocasión para que Lucas establezca, una enseñanza sobre la manera cómo Dios actúa en la historia humana y a través de qué tipo de personas actúa; eso es, en el fondo lo que proclama Isabel en las palabras que dirige a María.
Para realizar sus planes de salvación, Dios se vale de la pequeña y olvidada Belén: De allí surgirá el pastor de Israel.
Para el nacimiento del precursor y para el nacimiento del Mesías, Dios se vale de dos mujeres que poco cuentan en su sociedad, una, demasiado joven, la otra una persona de avanzada edad.

Actuar con los criterios de Dios, que valora a la pequeña Belén, implica para nosotros, valorar de manera a las personas de nuestros pueblos pequeños, sobre todo a los campesinos
 Actuar con los criterios de Dios que se vale de una jovencita y de una mujer de avanzada edad para el nacimiento del Salvador y del Precursor, implica para nosotros, incluir a la mujer de cualquier edad en la planeación de nuestras actividades pastorales y sobre todo en las decisiones.
Actuar con los criterios de Dios implica para nosotros valorar de manera efectiva a los niños y a los ancianos, e integrarlos activamente en nuestras actividades.

Feliz Navidad
Diciembre 19 del 2015
Cosme Carlos Ríos





sábado, 12 de diciembre de 2015

El Señor está cerca, alegrémonos

Nuestra sociedad se prepara para celebrar la Navidad, pero entre  nosotros resalta el individualismo, la competitividad, el aspecto comercial, el exceso en el comer y en el beber.
No aprovechamos este tiempo para integrarnos más, para construir la armonía entre las personas y los demás seres humanos.

El texto del profeta Sofonías nos habla de un tiempo poco antes del reinado de Josías. El país se hallaba sumido en la mayor miseria moral y hacía tiempo se dejaba sentir la amenaza de Asiria.
Sofonías, testigo de los grandes pecados de Israel y del duro castigo con que Dios va a purificar a su pueblo, preanuncia la restauración y redención que Dios va a obrar. A los beneficiarios de ella, los llama el “resto”. Con este “resto” creará Dios un pueblo nuevo.
Al final de su libro Sofonías vislumbra algunas luces de esperanza: el rey Josías se presenta como un gran reformador y Asiria parece aflojar por el momento su cerco.
Es la ocasión para anunciar días mejores para Jerusalén, e invitar a la alegría a través de una gran fiesta en la que todo serán danzas, alegría y regocijo.
 Ahora ya no es Israel el que se goza en el Señor; es el mismo Señor quien se goza con su nuevo pueblo. Es como el “esposo” que se goza en la “esposa”.
Muchas veces en los profetas la “Alianza” es presentada como “Desposorio”: “Yahvé, tu Dios, está en medio de ti; exulta de gozo por ti y se complace en ti; te ama y se alegra con júbilo; hace fiesta por ti”.
Los textos de la liturgia de hoy nos invitan a la alegría. Ese es el modo de esperar al Señor: la auténtica alegría del pueblo de Dios es Cristo, el Mesías largo tiempo esperado.
El pasaje de Lucas nos habla del testimonio de Juan Bautista, el precursor. Su predicación impresiona al pueblo, la gente se acerca para preguntarle: “¿Qué debemos hacer?”.
Es una prueba de que han comprendido el mensaje, perciben que el bautismo de Juan exige un comportamiento. La respuesta llega enseguida: compartan lo que tengan: vestido, comida, etc.
No se pregunta lo que hay que pensar, ni siquiera lo que hay que creer. El Evangelio pretende que el oyente de la Palabra de Dios se convierta, es decir, que su conducta y su comportamiento estén de acuerdo con la justicia que exige el Reino.
La buena noticia entraña una exigencia nítida: los que tienen bienes o poder deben compartirlos con los que no tienen nada, o son más débiles.

Vivir la alegría del Adviento significa recordar que nos estamos preparando para celebrar al Emmanuel (Dios con nosotros)
Vivir la alegría del Adviento significa para nosotros abrir los ojos y vislumbrar la esperanza en aquellos que construyen la justicia y la hermandad por ejemplo en la lucha de la Hermana Consuelo Morales, acompañando a las víctimas de los desaparecidos.
Igualmente en los esfuerzos del Padre Chemita y su defensa de los ejidatarios del poblado San Juan, Cadereyta, su lucha contra la contaminación ambiental.
Vivir el Adviento significa también, abrir los ojos y descubrir la esperanza en todos aquellos que, desde lo pequeño luchan para construir un mundo mejor

Diciembre 12 del 2015
Cosme Carlos Ríos


sábado, 5 de diciembre de 2015

Despojarnos de la apatía y de los liderazgos protagónicos

Es frecuente que los creyentes veamos a Dios como el Señor que manda y que castiga y por ello vivimos con temor, con apatía y desesperanza.
Construímos una sociedad de desigualdades por motivos de edad, de sexo, de raza o de religión.
Favorecemos liderazgos protagónicos individuales, y con ello dejamos poco espacio para que la mayoría de la gente tome conciencia de los problemas y de su responsabilidad y participe, aportando libremente sus ideas y sus acciones

 El tiempo de adviento es tiempo de esperanza y de apertura al cambio: cambio de vestido y de nombre, cambio de camino. Cambiar, para que todos puedan ver la salvación de Dios.
En un bello poema Baruc canta con fe jubilosa la hora en que el Eterno va a cumplir las promesas mesiánicas, va a crear la nueva Jerusalén, va a dar su salvación.
Los “vestidos de duelo” son expresión visible del dolor familiar, el “vestido de fiesta” es expresión de alegría y paz, y el cambio de ropas es manifestación del cambio de situación.
El “vestido nuevo” es indicio de bendición, de fiesta: Israel en el exilio está “vestida de sayal” pero su situación cambiará, su vestido es un “manto de justicia”, las “galas de la gloria de Dios”. 
Jerusalén es presentada como una “Madre” enlutada por sus hijos expatriados. Dios regala a Sión, su esposa, la salvación como manto regio, le ciñe como diadema la “Gloria” del Eterno.
La Madre desolada que vio partir a sus hijos, esclavos y encadenados, los va a ver retornar libres y festejados como un rey cuando va a tomar posesión de su trono.
Le da un nombre nuevo simbólico: “Paz de Justicia-Gloria de Misericordia”; es decir, Ciudad-Paz por la salvación recibida de Dios. Ciudad-Gloria por el amor misericordioso que le tiene Dios.
Haciéndose eco de los profetas del destierro, Baruc dice una palabra consoladora a un pueblo que pasa dificultad: “El Señor se acuerda de ti”.
El Dios fiel no se olvida de Jerusalén, su esposa, que es invitada ahora a despojarse del luto y vestir “las galas perpetuas de la Gloria que Dios te da”. Es la salvación que Dios ofrece para los que ama, de los que se acuerda en su amor.
Juan el Bautista aparece fuera del control del poder opresor de Tiberio, de Poncio Pilatos, de Lisanias, de Herodes, y los otros poderes y aparece en el desierto.
Hablar del desierto recuerda a los israelitas las acciones del Dios liberador, especialmente la salida de Egipto; les trae a la memoria el proceso que los llevó a constituirse en un pueblo de hombres libres y el tiempo en el que sus relaciones con Dios tuvieron su mejor momento.
Allí recibe Juan el encargo de preparar al pueblo para un nuevo éxodo, una nueva intervención liberadora del Dios de Israel.
Para explicar cuál es la misión de Juan, Lucas utiliza las mismas palabras con las que en el libro de Isaías, se anuncia el final del destierro de Babilonia.
Juan realiza aquí la misma misión que llevó a cabo el antiguo profeta: anunciar que Dios va a intervenir de nuevo, que su intervención será nuevamente liberadora y que hay que estar preparados para beneficiarse de la acción de Dios.
Y puesto que la tarea de Juan es preparar la misión de Jesús, nos da la clave fundamental para entender el resto del evangelio: la misión de Jesús consiste en realizar un nuevo éxodo, en comenzar un nuevo proceso de liberación que ya no es sólo para un pueblo, sino para toda la humanidad.

Vivir el Adviento con las ideas del profeta Baruc, significa despojarnos de apatía, de las desigualdades y de los liderazgos protagónicos individuales o de pequeños grupos.
Vivir el Adviento con las ideas del profeta Baruc, significa cambiar promoviendo liderazgos comunitarios que ayuden a todos a tomar conciencia de la situación, que favorezcan la participación, aportando ideas y actividades.
Vivir el Adviento con las ideas del profeta Baruc, significa nivelar, luchar para que desde lo más cercano a nosotros, se rompan las desigualdades y construyamos una Iglesia, una sociedad de iguales
Cosme Carlos Ríos
Diciembre 05 del 2015




sábado, 21 de noviembre de 2015

Viva Cristo Rey

Muchos creyentes, sobre todo en el pueblo mexicano, celebran esta fiesta con un sentido triunfalista, pero que no tiene repercusión en la vida diaria.
No nos lleva a un compromiso de lucha contra los graves males sociales, la crisis climática, la crisis alimentaria, el desempleo cada vez mayor, sobre todo en los jóvenes.

Como en todos los escritos apocalípticos, el tema central de estas visiones simbólicas que aparecen en el libro de Daniel, son las diversas etapas de la historia humana y su desenlace final.
El autor quiere mostrar que nada de lo que sucede en el mundo es fruto del azar, sino la realización del designio oculto de Dios, revelado a sus elegidos.
Los Imperios aparecen, luchan entre sí y se suceden unos a otros. Los reyes se atribuyen prerrogativas divinas y pretenden usurpar el lugar de Dios.
Cada nuevo Imperio supera en crueldad al precedente.
Pero Dios dirige el curso de los acontecimientos y va disponiendo misteriosamente los "tiempos y momentos" hacia el establecimiento definitivo de su Reino.
A pesar de la oscuridad que caracteriza a las visiones alegóricas de esta parte, el sentido general de las mismas es bien claro. Los perseguidores  no tendrán la última palabra.
Más allá del creciente auge del mal, se vislumbra la venida misteriosa de un "Hijo de hombre" que trasciende la mera condición humana: a él se le dará "el dominio, la gloria y el reino" y todos lo servirán.
 A esa venida se agrega el anuncio de la resurrección final de los justos, que "brillarán como las estrellas por los siglos de los siglos.
 Así, los sueños de una victoria terrestre y nacional, por medio de la lucha armada, se desvanecen completamente ante la promesa de un mundo transfigurado por el poder de Dios.
Hijo de hombre significa simplemente "hombre" o "ser humano". Pero en este contexto la expresión adquiere un nuevo sentido.
La figura de este "Hijo de hombre" parece ser la personificación del pueblo de los Santos del Altísimo, es decir, de los israelitas fieles a Yahvé el Dios de la liberación
 A ellos, Dios les hará justicia después de las tribulaciones padecidas y los hará entrar en posesión de su Reino.
Más tarde, la figura de este "Hijo de hombre" fue adquiriendo rasgos individuales, hasta identificarse con la persona del Rey mesiánico y del Juez de los últimos tiempos. Jesús usó preferentemente este título para designarse a sí mismo.
A este hijo de hombre le es dado tun reino para que todos los pueblos lo sirvan .un reino que jamás será destruido.
En el evangelio de hoy, Jesús es acusado por los sumos sacerdotes de hacerse pasar por rey y por lo mismo de ser un peligro para el poder del imperio romano.
Pilato le pregunta a Jesús si es el rey de los judíos y después de un intercambio de palabras, Jesús responde que su reino no tiene su origen en este mundo, no es como los de este mundo, que se apoyan en el poder militar, político y económico
El reino de Jesús, como lo podemos ver a lo largo de su trayectoria, es el reno de la justicia y de la misericordia desde una clarísima opción por los pobres.

Celebrar a Jesús como rey, hoy, nos compromete a entender la crisis climática que estamos viviendo en nuestro mundo; nos ayuda el conocer las orientaciones que da el papa Francisco en su Encíclica.
Celebrar a Jesús como rey, hoy, nos compromete a entender la crisis alimentaria, y encontrar los caminos para hacerle frente en forma organizada y con los pies en la tierra
Celebrar a Jesús como rey, hoy, nos compromete a entender el problema del desempleo y a buscar caminos para que las nuevas generaciones tengan oportunidad de una vida digna.

De esta manera vale la pena gritar “Viva Cristo Rey”

Cosme Carlos Ríos

Noviembre 21 del 2015 

sábado, 14 de noviembre de 2015

Urge que nos congreguemos para construir el Reino de Dios

Vivimos en un mundo que no funciona. La injusticia, la guerra, la división, la persecución de todos aquellos que luchan por la verdad y la justicia, la opresión cada día mayor de los oprimidos.
La división en el seno de la familia, las luchas fratricidas, la droga, el alcoholismo, la marginación, el desempleo el hambre y un largo etcétera de tristes realidades son el pan amargo nuestro de cada día.
Nos cuesta mucho trabajo reunirnos, dejar nuestro egoísmo, formar grupos y comunidades, para realizar un proyecto común que nos haga posible colaborar en la construcción del Reinado de Dios

Los grupos “apocalípticos” surgen como una forma de protesta, y a veces de resistencia, frente a un sistema opresor centralizador del poder, ideológicamente discriminador religiosamente monopólico, etc., que de hecho los margina.
La apocalíptica tiene una gran potencia de anuncio de Buena Noticia: proclama una esperanza cuando todo parece perdido; sostiene la fidelidad a Dios cuando lo recibido no responde adecuadamente a las crisis presentes.
El lenguaje apocalíptico busca fortalecer la esperanza e invita a mantener la lucha en fidelidad a Dios.
Se reconoce que el libro de Daniel fue escrito en la época en que Antíoco IV Epífanes perseguía a los judíos que se resistían a la imposición de la cultura y la religión de los griegos.
El texto que leemos hoy hace la promesa de que Miguel se levantará para defender al pueblo en ese momento de gran angustia.
También aparece, por primera vez el anuncio la resurrección individual,  que para unos será vida eterna y para otros, castigo eterno.


El Evangelio  de hoy anima a los cristianos, inmersos en este mundo de desgracias y sombras, a seguir luchando. Y como la realidad era tan dura,  recurre a la poesía, a la hipérbole, citando frases e imágenes de los profetas Isaías, Daniel y Zacarías, y recomponiéndolas para hacer un canto a la esperanza.
El día en que venga el Hijo del Hombre para reunir a los elegidos, a todos aquellos que lucharon por la causa de un mundo distinto, los cimientos del orbe, de este sistema mundano se conmoverán...
Nada se dice aquí de que Jesús venga a castigar a los malos: “vendrá a reunir a todos los elegidos dispersos por el mundo”
.
Tenemos que colaborar para que la congregación de los elegidos, que es el proyecto del Padre, no se deje para el último día, sino que  se vaya dando en la lucha diaria por construir un mundo de hermanos.
Urge que, sin discriminaciones, nos congreguemos para luchar para lograr la seguridad pública, pues de uno en uno somos más frágiles, y estamos más expuestos y vulnerables.
Urge que nos congreguemos para fortalecer la esperanza y la lucha de los que trabajan por mejores salarios y condiciones más justas en el trabajo.
Urge que, por encima de nuestras opciones partidistas,  nos congreguemos para exigir solución al problema de la basura aportando nuestro mejor esfuerzo para tener una ciudad limpia para todos.
Pensando en el bienestar de todos, hace falta que nos congreguemos para exigir un transporte público y de calidad, comprometiéndonos a usarlo y cuidarlo como patrimonio común.
Urge que como ciudadanos, de cualquier índole, nos congreguemos para exigir y conservar calles alumbradas y con pavimento de calidad.
Urge que nos congreguemos, para construir familias cimentadas en el amor, el respeto, el diálogo y la colaboración, sin distinguir el tipo de familia que de hecho, existe.
Urge que nos congreguemos para fortalecer la esperanza de un mundo sin guerras, donde el respeto, el diálogo y la colaboración, entre individuos, grupos y naciones sean la metodología para resolver todo tipo de conflictos.
Frente a los hechos sangrientos perpetrados en Parías, urge que nos congreguemos y nos manifestaciones contra el odio, tanto a nivel personal, como grupal, étnico, racial o nacional
Cosme Carlos Ríos
Noviembre 14 del 2015


sábado, 7 de noviembre de 2015

Mirar a fondo, a lo profundo del corazón, como Jesús

Mirar a fondo, a lo profundo del corazón, como Jesús

En nuestras actividades pastorales, sobre todo en el aspecto económico, solemos recurrir al aporte de las personas que cuentan con más recursos, y poco valoramos el aporte de los más pequeños.
A diario vemos pasar a nuestro lado a muchos migrantes, la mayoría de ellos va en busca de una mejor situación económica que no encuentran en sus país, pero también hay algunos que van huyendo de la represión, que gobiernos injustos ejercen sobre los luchadores sociales  

El profeta Elías fue un personaje importante en la historia de Israel. De él, no tenemos ningún escrito, pero sus memorias fueron recogidas en los últimos capítulos del primer libro de los Reyes.
Nos presentan a Elías como un luchador que defiende la fé en Yahvé, el dios de, Éxodo, el dios de la liberación, en contra de la idolatría impulsada por el rey Acab;  pero nos presentan también a Elías, como un luchador social que defiende los derechos de los campesinos.
Para los israelitas, asumir la religión de Baal, practicar la idolatría,  significaba asumir también la forma de gobierno los pueblos que lo consideraban su Dios. Por eso el rey Acab aparece como el rey que oprimió al campesinado representado por Nabot.
Elías se opuso enérgicamente contra la práctica de Acab y su esposa Jezabel; por eso fue rabiosamente perseguido y amenazado de muerte, y se vió obligado a migrar, hasta llegar a Sarepta.
Ahí, una viuda que está por consumir lo último que le queda,  alimenta al profeta migrante, perseguido y hambriento, apoyando con ello la lucha por la fidelidad a Yahvé y en contra de la monarquía opresora de los campesinos.
Uno de los rasgos más característicos de Jesús de Nazaret es el ser un observador de la vida, de la naturaleza, de las actitudes y acciones de las personas y de ello deduce lecciones para sus discípulos de ayer y de hoy.
Jesús mira a los profundo: ha observado que la gente, incluídos sus discípulos, se queda maravillada ante la grandiosidad del templo de Jerusalén, y él advierte: “No quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando”.
Ha observado profundamente y descubre que los maestros de la Ley son muy ostentosos y que, con el pretexto de largas oraciones, asolan las casas de las viudas.
Hoy lo encontramos en el templo, observando a fondo, descubre que  los ricos depositan grandes cantidades en el cepillo de las ofrendas, pero que dan de lo que les sobra.
Jesús también  observa a una pobre viuda que deposita dos monedas de ínfimo valor, y mirando a fondo descubre que ella ha depositado todo lo que tenía para comer.

Valorar como Jesús hoy, implica para nosotros, desde nuestra difícil situación económica, apoyar a los migrantes, y ser capaces de ver en ellos a personas de fé y de lucha por una vida digna.
Mirar como Jesús hoy,  implica para nosotros incluír en nuestras actividades  pastorales no sólo a la gente preparada, sino también a los niños, a los ancianos y de modo particular a los más pobres.
Educar como Jesús hoy, implica para nosotros estar atentos a la vida, sobre todo la vida de los más insignificantes, mirar a profundidad para descubrir ahí a Dios y ayudar a otros a mirar de esa manera
Noviembre 08 15

Cosme Carlos Ríos

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Para ubicarnos frente al 2016
ANÁLISIS DE COYUNTURA: DESAFÍOS ORGANIZATIVOS
Joao Pedro Stédile MST y Via Campesina

Estamos asistiendo al ocaso del capitalismo  industrial y de las construcciones sociales que surgieron con este ante la hegemonía del capital financiero y especulativo.
Con esto tenemos una ofensiva del capital nacional e internacional que busca apropiarse de los bienes de la naturaleza, principalmente a través de la minería, las centrales hidroeléctricas y nucleares.
En esta dinámica se inscribe la crisis climática, la crisis alimentaria, la precarización del trabajo.
La crisis climática se expresa en sequías, inundaciones, huracanes, incendios, falta de agua y una infinidad de problemas que han alterado las condiciones de vida de nuestro planeta.
La crisis alimentaria  ha hecho que los alimentos hayan sido mercantilizados, y estandarizados por sólo 50 empresas transnacionales en el mundo. El resultado de esto es que ha producido 900 millones de hambrientos en el planeta y pone en riesgo la seguridad alimentaria de todos los pueblos.
La precarización del trabajo en la situación actual recorta  los derechos de los trabajadores, de modo que en la mayoría de los países, el desempleo aumenta cada año, sobre todo entre los jóvenes, llegando el desempleo juvenil, en algunas partes hasta el 50%

Esta dinámica está marcada por una creciente concentración de la propiedad de la tierra, de la riqueza, de la ciudad, de los medios de comunicación y de la política en una minoría de capitalistas que no pasa del 1% de la población mundial.
EE UU y sus aliados del G8 controlan la economía mundial con el poder del dólar, los tratados de libre comercio, la máquina de guerra y el control de los medios de comunicación social.

En la medida en que el poder corporativo a nivel mundial controla la economía, se registra un deterioro de la democracia. Por lo general las políticas públicas no priorizan las necesidades de los más pobres
Las guerras en curso se traducen en la pérdida de millones de vidas inocentes sólo para atender los intereses imperialistas.
Esto está acompañado por el control de los medios de comunicación social para obtener no sólo ganancias, sino el control ideológico de las mentes de la población.
Por otra parte, la Universidad y la ciencia han sido manipuladas y utilizadas solamente para aumentar la productividad y la ganancia del capital  y no al servicio de las necesidades de los pueblos

Para encarar esta realidad es preciso reconocer que estamos ante la falta de un proyecto alternativo.
Estamos en un período histórico de reflujo del movimiento de masas
Las luchas sociales  están en la fase de protestas y no en fase de construcción de un proyecto de sociedad que involucre a los trabajadores y movimientos sociales y que tenga como base la solidaridad, la igualdad y la justicia.
El Encuentro Mundial de Movimientos populares con el auspicio del Papa Francisco evidenció la necesidad de mantenernos organizados y articulados para avanzar en la unidad de los trabajadores de todo el mundo con un sentido de autonomía, sin dependencia de las instituciones, pero manteniendo relaciones y espacios de diálogo.
El acuerdo es seguir aglutinando los más amplios y distintos sectores organizados alrededor de las luchas por la tierra y la soberanía alimentaria, por la vivienda y los derechos humanos en las ciudades, por los derechos de los trabajadores, por el fin de las guerras genocidas, por el derecho a la soberanía de los pueblos y por los derechos de la naturaleza y del medio ambiente.

Hay que afinar una plataforma que tome en cuenta:
Que la raíz de todos los males sociales y ambientales está en la naturaleza no equitativa y depredadora del sistema capitalista que pone el lucro por encima del ser humano.
El desafío que tenemos pasa por la construcción de un proyecto alternativo al capitalismo con una amplia convergencia de fuerzas de los sectores sociales a nivel mundial
Esto implica una elaboración teórica que permita profundizar la comprensión de la realidad actual, pero en consonancia con las luchas sociales.
Esto nos permite recalcar la importancia del trabajo de base y la formación

Los cambios que queremos no dependen de nuestra voluntad personal, sino de nuestra capacidad como clase trabajadora para organizarnos luchar y debatir
Asumimos el compromiso de construir escuelas de formación política para elevar el nivel de conciencia de nuestras bases.
Otro eje fundamental para nuestras organizaciones  y la articulación internacional tiene que ver con el desafío que enfrentamos ante el poder mediático.

Reclamamos la democratización de los medios de comunicación social. Esto implica que nos comprometamos a propiciar y potenciar nuestros propios medios de comunicación y conectarlos en red.

martes, 3 de noviembre de 2015

Para seguir avanzando en el estudio bíblico

OTROS LUGARES DONDE DIOS NOS  HABLA

Los cristianos afirmamos que Dios nos habla, que se comunica con nosotros, que entra en comunión con sus hijos e hijas.
Pero es común en mucha gente pensar que Dios hace todo eso sólo a través de la Biblia. Esto no es del todo cierto, pues sería limitar el amor de Dios.
En efecto, antes de que se escriba la Biblia, Dios habló a las personas a través de la misma vida. Si nos preguntamos dónde escucharon Abraham o Moisés la Palabra de Dios, si no tenían aún la Biblia, la respuesta es evidente: ¡en la vida!
Para explicarnos mejor vamos a buscar cuatro imágenes: una planta (representa la naturaleza), unos calendarios (representan la historia), una persona (representa la comunidad) y una espiral dibujada (representa la conciencia).
 Por todos estos medios nos habla Dios.

a. En la naturaleza
(Colocamos la planta en el centro del salón)
Un amanecer, el sol, una montaña, el mar, nos hablan de Dios. Muchos poetas se han inspirado en la naturaleza para componer sus obras. Los pueblos indígenas han descubierto en la naturaleza al Dios creador y han intentado respetar su obra.
Sin embargo, no todas las personas tienen la misma sensibilidad. No pocas abusan de los recursos naturales y destruyen la obra de Dios, destinada para la vida de todos los seres humanos.
También la naturaleza destruida, el aire y los ríos contaminados, la tierra erosionada, las especies en extinción son un grito de Dios que pide respeto por su creación.

b. En la historia (Colocamos los calendarios en distintos lugares de un camino dibujado)
Cuando los pueblos se organizan y realizan acciones liberadoras, como la lucha por la tierra, por los servicios básicos, por la defensa de los derechos humanos, decimos que Dios está pasando por allí.
El pueblo de Israel lo experimentó vivo en su historia, sobre todo cuando Yahvé los liberó de Egipto (Éx 3,7-10) y lo acompañó por el desierto hacia la tierra de la promesa.
También lo sintió cercano en las situaciones de dolor y muerte, por ejemplo cuando sufrió la invasión de potencias extranjeras y muchas personas fueron desterradas a lugares lejanos (Is 40,1-2).
El pueblo de Israel experimentó siempre la solidaridad de Dios y se sintió acompañado por él a lo largo de toda su historia.
c. En las personas (Algunas personas se colocan delante del grupo)
Los seres humanos somos hijos e hijas de Dios. Somos la presencia de Dios en el mundo.
Desde la encarnación de Jesús, toda persona es presencia de Dios para nosotros. Por eso, tenemos que estar atentos a los niños, a los jóvenes, a los adultos y ancianos, para compartir sus sonrisas, sus tristezas, alegrías y dolores porque en el corazón de cada uno se esconde Dios.
Los gestos de amor en la familia, de solidaridad entre los pobres, de respeto entre varones y mujeres, de atención a los excluidos y marginados, son también expresiones de la presencia de Dios entre nosotros.
Nuestros mayores decían que la “voz del pueblo es la voz de Dios”. La comunidad de hermanos y hermanas nos ayuda a ver con mayor claridad si nuestra vocación y misión vienen de Dios, o son sólo deseos humanos. Esto significa que Dios nos habla también a través de la comunidad.

d. En la conciencia
(Colocamos en el centro del salón la espiral dibujada)
Dios también nos habla a través de la conciencia y nos orienta en nuestras acciones. Debemos estar atentos a lo que nos dice nuestra conciencia, que unas veces puede aprobar y otras desaprobar nuestras acciones.
 Para ello es necesario hacer silencio y oración, para escuchar lo que Dios nos dice en nuestro interior


(Tomado de CLAI, Consejo latinoamericano de Iglesias, 13 talleres bíblicos), taller No. 1, editado por Verbo Divino, extractó Cosme Carlos Ríos
* Dinámica del libro de la vida:
Material:
- Una sábana blanca y una tabla. Se colocará en el suelo como apariencia de libro.
- Unas figuras recortadas y de colores: el sol, la luna y estrellas.
- Un poco de tierra en un platito de barro, un frasco con agua, unas semillas, flores, hierbas, ramita de árbol, frutas, etc.
- Si es posible: un pajarito en una jaula y un pez en un frasco de vidrio o figuras recortadas.
- Un queso o algún producto de los animales.
- Una pareja de hombre y mujer.
Colocamos en el suelo el libro de la vida, la sábana vacía.
Leemos muy despacio: Génesis 1,1-2
“Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra estaba desierta y sin nada, las tinieblas cubrían los abismos mientras el Espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas”.
* Vamos colocando oportunamente los objetos:
Y Dios creó las estrellas, el sol y la luna...
Y Dios creó el suelo seco llamado tierra y las aguas...
Y Dios mandó que la tierra diera semillas, pastos y árboles...
Y Dios mandó que se llenara de animales vivientes: peces, y otros animales...
Y vio Dios que todo era bueno. Y al último dijo: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza... A imagen de Dios los creó: varón y mujer los creó”. Gn. 1,27.
* Se pone la pareja sobre el libro de la vida.
"Y vio Dios que todo era bueno".

Este es el libro de la vida: Por medio de él nos habló y habla Dios... Pero, como nos dice San Agustín, cuando la humanidad por el pecado cegó su vista, y cerró sus oídos y ya no pudo leer ese primer libro que Dios había escrito en la naturaleza -en la vida- ni oír ahí su palabra... (la pareja se da las espaldas y se tapan ojos y oídos) Dios fue preparando un SEGUNDO LIBRO y lo quiso hacer a través de la vida de un pueblo que El escogió y de su historia de salvación. A este segundo libro es al que llamamos BIBLIA.
* Colocamos la Biblia sobre el libro de la vida.
Y así, la Biblia es una ayuda, una luz nueva que nos permite volver a leer en el libro de la vida y en nuestra vida, escuchar y comprender la Palabra de Dios. Por lo tanto, el Libro de la Biblia no debe estar separado del Libro de la Vida, sino dentro del mismo.
* Se pone una lámpara dentro de la Biblia:
No para encandilarnos sino para iluminar el libro de la Vida.
* Se mete un espejo dentro de la Biblia
¿Por qué la Biblia es como un espejo?
Porque ahí en Abraham, Moisés, los Profetas, Jesús, las comunidades, nos miramos a nosotros mismos.

Nosotros en este curso de Biblia vamos a tratar de conocer y gustar la Biblia para ponerla en práctica.
Para esto lo primero y muy necesario es orar, pedir la ayuda de Dios.
Recemos juntos:
¡Ven oh Espíritu Santo!, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía, Señor, tu Espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra.
OREMOS: ¡Oh Dios! que por medio del Espíritu Santo fuiste creando todas las cosas y guiando la historia, y bajo su inspiración tu pueblo fue escuchando y escribiendo tu Palabra, mándanos ese mismo Espíritu Santo para que nos dé su luz y su fuerza durante este curso a fin de que podamos comprender y poner en práctica tu Palabra.

Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. AMEN.