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miércoles, 4 de noviembre de 2015

Para ubicarnos frente al 2016
ANÁLISIS DE COYUNTURA: DESAFÍOS ORGANIZATIVOS
Joao Pedro Stédile MST y Via Campesina

Estamos asistiendo al ocaso del capitalismo  industrial y de las construcciones sociales que surgieron con este ante la hegemonía del capital financiero y especulativo.
Con esto tenemos una ofensiva del capital nacional e internacional que busca apropiarse de los bienes de la naturaleza, principalmente a través de la minería, las centrales hidroeléctricas y nucleares.
En esta dinámica se inscribe la crisis climática, la crisis alimentaria, la precarización del trabajo.
La crisis climática se expresa en sequías, inundaciones, huracanes, incendios, falta de agua y una infinidad de problemas que han alterado las condiciones de vida de nuestro planeta.
La crisis alimentaria  ha hecho que los alimentos hayan sido mercantilizados, y estandarizados por sólo 50 empresas transnacionales en el mundo. El resultado de esto es que ha producido 900 millones de hambrientos en el planeta y pone en riesgo la seguridad alimentaria de todos los pueblos.
La precarización del trabajo en la situación actual recorta  los derechos de los trabajadores, de modo que en la mayoría de los países, el desempleo aumenta cada año, sobre todo entre los jóvenes, llegando el desempleo juvenil, en algunas partes hasta el 50%

Esta dinámica está marcada por una creciente concentración de la propiedad de la tierra, de la riqueza, de la ciudad, de los medios de comunicación y de la política en una minoría de capitalistas que no pasa del 1% de la población mundial.
EE UU y sus aliados del G8 controlan la economía mundial con el poder del dólar, los tratados de libre comercio, la máquina de guerra y el control de los medios de comunicación social.

En la medida en que el poder corporativo a nivel mundial controla la economía, se registra un deterioro de la democracia. Por lo general las políticas públicas no priorizan las necesidades de los más pobres
Las guerras en curso se traducen en la pérdida de millones de vidas inocentes sólo para atender los intereses imperialistas.
Esto está acompañado por el control de los medios de comunicación social para obtener no sólo ganancias, sino el control ideológico de las mentes de la población.
Por otra parte, la Universidad y la ciencia han sido manipuladas y utilizadas solamente para aumentar la productividad y la ganancia del capital  y no al servicio de las necesidades de los pueblos

Para encarar esta realidad es preciso reconocer que estamos ante la falta de un proyecto alternativo.
Estamos en un período histórico de reflujo del movimiento de masas
Las luchas sociales  están en la fase de protestas y no en fase de construcción de un proyecto de sociedad que involucre a los trabajadores y movimientos sociales y que tenga como base la solidaridad, la igualdad y la justicia.
El Encuentro Mundial de Movimientos populares con el auspicio del Papa Francisco evidenció la necesidad de mantenernos organizados y articulados para avanzar en la unidad de los trabajadores de todo el mundo con un sentido de autonomía, sin dependencia de las instituciones, pero manteniendo relaciones y espacios de diálogo.
El acuerdo es seguir aglutinando los más amplios y distintos sectores organizados alrededor de las luchas por la tierra y la soberanía alimentaria, por la vivienda y los derechos humanos en las ciudades, por los derechos de los trabajadores, por el fin de las guerras genocidas, por el derecho a la soberanía de los pueblos y por los derechos de la naturaleza y del medio ambiente.

Hay que afinar una plataforma que tome en cuenta:
Que la raíz de todos los males sociales y ambientales está en la naturaleza no equitativa y depredadora del sistema capitalista que pone el lucro por encima del ser humano.
El desafío que tenemos pasa por la construcción de un proyecto alternativo al capitalismo con una amplia convergencia de fuerzas de los sectores sociales a nivel mundial
Esto implica una elaboración teórica que permita profundizar la comprensión de la realidad actual, pero en consonancia con las luchas sociales.
Esto nos permite recalcar la importancia del trabajo de base y la formación

Los cambios que queremos no dependen de nuestra voluntad personal, sino de nuestra capacidad como clase trabajadora para organizarnos luchar y debatir
Asumimos el compromiso de construir escuelas de formación política para elevar el nivel de conciencia de nuestras bases.
Otro eje fundamental para nuestras organizaciones  y la articulación internacional tiene que ver con el desafío que enfrentamos ante el poder mediático.

Reclamamos la democratización de los medios de comunicación social. Esto implica que nos comprometamos a propiciar y potenciar nuestros propios medios de comunicación y conectarlos en red.

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