Para ubicarnos frente al 2016
ANÁLISIS DE COYUNTURA: DESAFÍOS ORGANIZATIVOS
Joao Pedro Stédile MST y Via Campesina
Estamos asistiendo al
ocaso del capitalismo industrial y de
las construcciones sociales que surgieron con este ante la hegemonía del
capital financiero y especulativo.
Con esto tenemos una
ofensiva del capital nacional e internacional que busca apropiarse de los
bienes de la naturaleza, principalmente a través de la minería, las centrales
hidroeléctricas y nucleares.
En esta dinámica se
inscribe la crisis climática, la crisis alimentaria, la precarización del
trabajo.
La crisis climática se expresa en sequías, inundaciones, huracanes,
incendios, falta de agua y una infinidad de problemas que han alterado las
condiciones de vida de nuestro planeta.
La crisis alimentaria ha hecho
que los alimentos hayan sido mercantilizados, y estandarizados por sólo 50
empresas transnacionales en el mundo. El resultado de esto es que ha producido 900
millones de hambrientos en el planeta y pone en riesgo la seguridad alimentaria
de todos los pueblos.
La precarización del trabajo en la situación actual
recorta los derechos de los
trabajadores, de modo que en la mayoría de los países, el desempleo aumenta
cada año, sobre todo entre los jóvenes, llegando el desempleo juvenil, en
algunas partes hasta el 50%
Esta dinámica está
marcada por una creciente concentración
de la propiedad de la tierra, de la riqueza, de la ciudad, de los medios de
comunicación y de la política en una minoría de capitalistas que no pasa del 1%
de la población mundial.
EE UU y sus aliados del
G8 controlan la economía mundial con el poder del dólar, los tratados de
libre comercio, la máquina de guerra y el control de los medios de comunicación
social.
En la medida en que el
poder corporativo a nivel mundial controla la economía, se registra un deterioro de la democracia. Por lo
general las políticas públicas no priorizan las necesidades de los más pobres
Las guerras en curso se traducen en la pérdida de millones
de vidas inocentes sólo para atender los intereses imperialistas.
Esto está acompañado por
el control de los medios de comunicación
social para obtener no sólo ganancias, sino el control ideológico de las
mentes de la población.
Por otra parte, la Universidad y la ciencia han sido
manipuladas y utilizadas solamente para aumentar la productividad y la ganancia
del capital y no al servicio de las
necesidades de los pueblos
Para encarar esta
realidad es preciso reconocer que estamos ante la falta de un proyecto
alternativo.
Estamos en un período
histórico de reflujo del movimiento de masas
Las luchas sociales están en
la fase de protestas y no en fase de construcción de un proyecto de sociedad
que involucre a los trabajadores y movimientos sociales y que tenga como base
la solidaridad, la igualdad y la justicia.
El Encuentro Mundial de
Movimientos populares con el auspicio del Papa Francisco evidenció la necesidad
de mantenernos organizados y articulados
para avanzar en la unidad de los trabajadores de todo el mundo con un
sentido de autonomía, sin dependencia de las instituciones, pero manteniendo
relaciones y espacios de diálogo.
El acuerdo es seguir
aglutinando los más amplios y distintos sectores organizados alrededor de las
luchas por la tierra y la soberanía alimentaria, por la vivienda y los derechos
humanos en las ciudades, por los derechos de los trabajadores, por el fin de
las guerras genocidas, por el derecho a la soberanía de los pueblos y por los
derechos de la naturaleza y del medio ambiente.
Hay que afinar una
plataforma que tome en cuenta:
Que la raíz de todos los
males sociales y ambientales está en la naturaleza no equitativa y depredadora
del sistema capitalista que pone el lucro por encima del ser humano.
El desafío que tenemos
pasa por la construcción de un proyecto
alternativo al capitalismo con una amplia convergencia de fuerzas de los
sectores sociales a nivel mundial
Esto implica una elaboración teórica que permita
profundizar la comprensión de la realidad actual, pero en consonancia con las
luchas sociales.
Esto nos permite
recalcar la importancia del trabajo de
base y la formación
Los cambios que queremos
no dependen de nuestra voluntad personal, sino de nuestra capacidad como clase
trabajadora para organizarnos luchar y debatir
Asumimos el compromiso
de construir escuelas de formación política para elevar el nivel de conciencia
de nuestras bases.
Otro eje fundamental
para nuestras organizaciones y la
articulación internacional tiene que ver con el desafío que enfrentamos ante el
poder mediático.
Reclamamos la
democratización de los medios de
comunicación social. Esto implica que nos comprometamos a propiciar y
potenciar nuestros propios medios de comunicación y conectarlos en red.
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