Para seguir avanzando en el estudio bíblico
OTROS LUGARES DONDE DIOS NOS
HABLA
Los cristianos afirmamos que Dios nos habla, que se comunica con
nosotros, que entra en comunión con sus hijos e hijas.
Pero es común en mucha gente pensar que Dios hace todo eso sólo a
través de la Biblia. Esto no es del todo cierto, pues sería limitar el amor de
Dios.
En efecto, antes de que se escriba la Biblia, Dios habló a las
personas a través de la misma vida. Si nos preguntamos dónde escucharon Abraham
o Moisés la Palabra de Dios, si no tenían aún la Biblia, la respuesta es
evidente: ¡en la vida!
Para explicarnos mejor vamos a buscar cuatro imágenes: una planta
(representa la naturaleza), unos calendarios (representan la historia), una
persona (representa la comunidad) y una espiral dibujada (representa la
conciencia).
Por todos estos medios nos
habla Dios.
a. En la
naturaleza
(Colocamos
la planta en el centro del salón)
Un amanecer, el sol, una montaña, el mar, nos hablan de Dios. Muchos poetas
se han inspirado en la naturaleza para componer sus obras. Los pueblos
indígenas han descubierto en la naturaleza al Dios creador y han intentado
respetar su obra.
Sin
embargo, no todas las personas tienen la misma sensibilidad. No pocas abusan de
los recursos naturales y destruyen la obra de Dios, destinada para la vida de
todos los seres humanos.
También
la naturaleza destruida, el aire y los ríos contaminados, la tierra erosionada,
las especies en extinción son un grito de Dios que pide respeto por su
creación.
b. En la historia (Colocamos los
calendarios en distintos lugares de un camino dibujado)
Cuando
los pueblos se organizan y realizan acciones liberadoras, como la lucha por la
tierra, por los servicios básicos, por la defensa de los derechos humanos,
decimos que Dios está pasando por allí.
El
pueblo de Israel lo experimentó vivo en su historia, sobre todo cuando Yahvé
los liberó de Egipto (Éx 3,7-10) y lo acompañó por el desierto hacia la tierra
de la promesa.
También
lo sintió cercano en las situaciones de dolor y muerte, por ejemplo cuando
sufrió la invasión de potencias extranjeras y muchas personas fueron
desterradas a lugares lejanos (Is 40,1-2).
El
pueblo de Israel experimentó siempre la solidaridad de Dios y se sintió
acompañado por él a lo largo de toda su historia.
c. En las personas (Algunas personas se
colocan delante del grupo)
Los
seres humanos somos hijos e hijas de Dios. Somos la presencia de Dios en el
mundo.
Desde
la encarnación de Jesús, toda persona es presencia de Dios para nosotros. Por
eso, tenemos que estar atentos a los niños, a los jóvenes, a los adultos y
ancianos, para compartir sus sonrisas, sus tristezas, alegrías y dolores porque
en el corazón de cada uno se esconde Dios.
Los
gestos de amor en la familia, de solidaridad entre los pobres, de respeto entre
varones y mujeres, de atención a los excluidos y marginados, son también
expresiones de la presencia de Dios entre nosotros.
Nuestros
mayores decían que la “voz del pueblo es la voz de Dios”. La comunidad de
hermanos y hermanas nos ayuda a ver con mayor claridad si nuestra vocación y
misión vienen de Dios, o son sólo deseos humanos. Esto significa que Dios nos habla
también a través de la comunidad.
d. En la conciencia
(Colocamos en el
centro del salón la espiral dibujada)
Dios
también nos habla a través de la conciencia y nos orienta en nuestras acciones.
Debemos estar atentos a lo que nos dice nuestra conciencia, que unas veces puede
aprobar y otras desaprobar nuestras acciones.
Para ello es necesario hacer silencio y
oración, para escuchar lo que Dios nos dice en nuestro interior
(Tomado de CLAI, Consejo latinoamericano de
Iglesias, 13 talleres bíblicos), taller No. 1, editado por Verbo Divino, extractó Cosme Carlos Ríos
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