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martes, 3 de noviembre de 2015

Para seguir avanzando en el estudio bíblico

OTROS LUGARES DONDE DIOS NOS  HABLA

Los cristianos afirmamos que Dios nos habla, que se comunica con nosotros, que entra en comunión con sus hijos e hijas.
Pero es común en mucha gente pensar que Dios hace todo eso sólo a través de la Biblia. Esto no es del todo cierto, pues sería limitar el amor de Dios.
En efecto, antes de que se escriba la Biblia, Dios habló a las personas a través de la misma vida. Si nos preguntamos dónde escucharon Abraham o Moisés la Palabra de Dios, si no tenían aún la Biblia, la respuesta es evidente: ¡en la vida!
Para explicarnos mejor vamos a buscar cuatro imágenes: una planta (representa la naturaleza), unos calendarios (representan la historia), una persona (representa la comunidad) y una espiral dibujada (representa la conciencia).
 Por todos estos medios nos habla Dios.

a. En la naturaleza
(Colocamos la planta en el centro del salón)
Un amanecer, el sol, una montaña, el mar, nos hablan de Dios. Muchos poetas se han inspirado en la naturaleza para componer sus obras. Los pueblos indígenas han descubierto en la naturaleza al Dios creador y han intentado respetar su obra.
Sin embargo, no todas las personas tienen la misma sensibilidad. No pocas abusan de los recursos naturales y destruyen la obra de Dios, destinada para la vida de todos los seres humanos.
También la naturaleza destruida, el aire y los ríos contaminados, la tierra erosionada, las especies en extinción son un grito de Dios que pide respeto por su creación.

b. En la historia (Colocamos los calendarios en distintos lugares de un camino dibujado)
Cuando los pueblos se organizan y realizan acciones liberadoras, como la lucha por la tierra, por los servicios básicos, por la defensa de los derechos humanos, decimos que Dios está pasando por allí.
El pueblo de Israel lo experimentó vivo en su historia, sobre todo cuando Yahvé los liberó de Egipto (Éx 3,7-10) y lo acompañó por el desierto hacia la tierra de la promesa.
También lo sintió cercano en las situaciones de dolor y muerte, por ejemplo cuando sufrió la invasión de potencias extranjeras y muchas personas fueron desterradas a lugares lejanos (Is 40,1-2).
El pueblo de Israel experimentó siempre la solidaridad de Dios y se sintió acompañado por él a lo largo de toda su historia.
c. En las personas (Algunas personas se colocan delante del grupo)
Los seres humanos somos hijos e hijas de Dios. Somos la presencia de Dios en el mundo.
Desde la encarnación de Jesús, toda persona es presencia de Dios para nosotros. Por eso, tenemos que estar atentos a los niños, a los jóvenes, a los adultos y ancianos, para compartir sus sonrisas, sus tristezas, alegrías y dolores porque en el corazón de cada uno se esconde Dios.
Los gestos de amor en la familia, de solidaridad entre los pobres, de respeto entre varones y mujeres, de atención a los excluidos y marginados, son también expresiones de la presencia de Dios entre nosotros.
Nuestros mayores decían que la “voz del pueblo es la voz de Dios”. La comunidad de hermanos y hermanas nos ayuda a ver con mayor claridad si nuestra vocación y misión vienen de Dios, o son sólo deseos humanos. Esto significa que Dios nos habla también a través de la comunidad.

d. En la conciencia
(Colocamos en el centro del salón la espiral dibujada)
Dios también nos habla a través de la conciencia y nos orienta en nuestras acciones. Debemos estar atentos a lo que nos dice nuestra conciencia, que unas veces puede aprobar y otras desaprobar nuestras acciones.
 Para ello es necesario hacer silencio y oración, para escuchar lo que Dios nos dice en nuestro interior


(Tomado de CLAI, Consejo latinoamericano de Iglesias, 13 talleres bíblicos), taller No. 1, editado por Verbo Divino, extractó Cosme Carlos Ríos

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