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sábado, 21 de noviembre de 2015

Viva Cristo Rey

Muchos creyentes, sobre todo en el pueblo mexicano, celebran esta fiesta con un sentido triunfalista, pero que no tiene repercusión en la vida diaria.
No nos lleva a un compromiso de lucha contra los graves males sociales, la crisis climática, la crisis alimentaria, el desempleo cada vez mayor, sobre todo en los jóvenes.

Como en todos los escritos apocalípticos, el tema central de estas visiones simbólicas que aparecen en el libro de Daniel, son las diversas etapas de la historia humana y su desenlace final.
El autor quiere mostrar que nada de lo que sucede en el mundo es fruto del azar, sino la realización del designio oculto de Dios, revelado a sus elegidos.
Los Imperios aparecen, luchan entre sí y se suceden unos a otros. Los reyes se atribuyen prerrogativas divinas y pretenden usurpar el lugar de Dios.
Cada nuevo Imperio supera en crueldad al precedente.
Pero Dios dirige el curso de los acontecimientos y va disponiendo misteriosamente los "tiempos y momentos" hacia el establecimiento definitivo de su Reino.
A pesar de la oscuridad que caracteriza a las visiones alegóricas de esta parte, el sentido general de las mismas es bien claro. Los perseguidores  no tendrán la última palabra.
Más allá del creciente auge del mal, se vislumbra la venida misteriosa de un "Hijo de hombre" que trasciende la mera condición humana: a él se le dará "el dominio, la gloria y el reino" y todos lo servirán.
 A esa venida se agrega el anuncio de la resurrección final de los justos, que "brillarán como las estrellas por los siglos de los siglos.
 Así, los sueños de una victoria terrestre y nacional, por medio de la lucha armada, se desvanecen completamente ante la promesa de un mundo transfigurado por el poder de Dios.
Hijo de hombre significa simplemente "hombre" o "ser humano". Pero en este contexto la expresión adquiere un nuevo sentido.
La figura de este "Hijo de hombre" parece ser la personificación del pueblo de los Santos del Altísimo, es decir, de los israelitas fieles a Yahvé el Dios de la liberación
 A ellos, Dios les hará justicia después de las tribulaciones padecidas y los hará entrar en posesión de su Reino.
Más tarde, la figura de este "Hijo de hombre" fue adquiriendo rasgos individuales, hasta identificarse con la persona del Rey mesiánico y del Juez de los últimos tiempos. Jesús usó preferentemente este título para designarse a sí mismo.
A este hijo de hombre le es dado tun reino para que todos los pueblos lo sirvan .un reino que jamás será destruido.
En el evangelio de hoy, Jesús es acusado por los sumos sacerdotes de hacerse pasar por rey y por lo mismo de ser un peligro para el poder del imperio romano.
Pilato le pregunta a Jesús si es el rey de los judíos y después de un intercambio de palabras, Jesús responde que su reino no tiene su origen en este mundo, no es como los de este mundo, que se apoyan en el poder militar, político y económico
El reino de Jesús, como lo podemos ver a lo largo de su trayectoria, es el reno de la justicia y de la misericordia desde una clarísima opción por los pobres.

Celebrar a Jesús como rey, hoy, nos compromete a entender la crisis climática que estamos viviendo en nuestro mundo; nos ayuda el conocer las orientaciones que da el papa Francisco en su Encíclica.
Celebrar a Jesús como rey, hoy, nos compromete a entender la crisis alimentaria, y encontrar los caminos para hacerle frente en forma organizada y con los pies en la tierra
Celebrar a Jesús como rey, hoy, nos compromete a entender el problema del desempleo y a buscar caminos para que las nuevas generaciones tengan oportunidad de una vida digna.

De esta manera vale la pena gritar “Viva Cristo Rey”

Cosme Carlos Ríos

Noviembre 21 del 2015 

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