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sábado, 23 de mayo de 2015

El Espíritu impulsa al diálogo y la colaboración
Para defender la vida del pueblo

El 24 de Mayo será beatificado Don Oscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador que, desde una clara opción por los pobres, levantó la voz en contra de los sistemas injustos y violentos y en defensa de la vida del pueblo salvadoreño

El libro de los Hechos nos ubica en día de Pentecostés, fiesta de la siega en la que los judíos recordaban el pacto de Dios con el pueblo en el monte Sinaí, «cincuenta días» después de la salida de Egipto.
Estaban reunidos los discípulos, también cincuenta días después de la Resurrección: la venida del Espíritu se describe acompañada de sucesos, expresados como si se tratara de fenómenos sensibles: ruido como de viento huracanado, lenguas como de fuego que consume, aire, aliento vital.
Es el modo que elige Lucas para expresar lo inenarrable, la irrupción de un Espíritu que les libraría del miedo y del temor y que les haría hablar con libertad para promulgar la buena noticia de la muerte y resurrección de Jesús.
 El movimiento de Jesús nace abierto a todo el mundo y a todos; Dios ya no quiere la uniformidad, sino la pluralidad.
Dios no quiere la confrontación sino el diálogo: ha comenzado una nueva era en la que hay que proclamar que todos podemos ser hermanos, a pesar de y gracias a las diferencias.
Ahora es posible entendernos superando todo tipo de barreras que impiden la comunicación.
La venida del Espíritu significó para aquel puñado de discípulos el fin del miedo y del temor. Nació una comunidad humana, libre como viento, como fuego ardiente.
Lucas presenta el hecho de Pentecostés como el nacimiento de un nuevo pueblo que surge bajo el impulso del Espíritu Santo, luz y fuerza que vence el miedo y que impulsa a dar testimonio de Jesús a todos los pueblos.
Por su parte el Evangelio de Juan presenta el acontecimiento como un todo con la Resurrección de Jesús.
El temor a la persecución hace que los  discípulos se encierren, pero en medio de ellos se hace presente el Resucitado que se identifica y les da la paz.
Jesús declara que la misma misión que él recibió del Padre ahora constituye el encargo de los discípulos que la llevarán a cabo con el aliento del Espíritu Santo.

Celebrar hoy la presencia y la acción del Espíritu Santo implica para nosotros luchar contra las desigualdades de cualquier género y crear espacios de diálogo y colaboración.
Celebrar hoy la presencia y la acción del Espíritu Santo implica para nosotros reconocer las cosas que nos diferencian como oportunidades de sumar y de enriquecernos.
Celebrar hoy la presencia y la acción del Espíritu Santo implica para nosotros luchar, como Don Oscar Arnulfo contra toda la violencia e injusticia y en defensa de la vida del pueblo.
Celebrar hoy la presencia y la acción del Espíritu Santo implica para nosotros potenciar las redes de comunicación popular frente a los medios que defienden y favorecen los intereses de los poderosos.
Celebrar hoy la presencia y la acción del Espíritu Santo implica para nosotros vencer el miedo y el encerramiento para continuar la lucha del Resucitado construyendo un mundo de justicia y verdad
Mayo 23 del 2015
Cosme Carlos Ríos




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