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sábado, 8 de marzo de 2014


Vencer las tentaciones

 

En nuestra sociedad, tanto en lo civil como en lo religioso, los que hacen o reforman las leyes, buscan el interés propio o el interés de las clases poderosas, económica, política o religiosamente.

Por otra parte el pueblo sufre graves problemas pero ignora las causas y no tiene conciencia de sus derechos y responsabilidad y por lo mismo no actúa para que las cosas cambien

Los medios de comunicación social suelen solapar o favorecer las decisiones que toma la autoridad en beneficio de unos cuantos y desfavoreciendo a las mayorías.

 

 

Hoy no es posible interpretar los once primeros capítulos del Génesis como textos históricos, son como un catecismo que nos ayuda a conocer lo que Dios quiere de nosotros y para nosotros.

Los autores modernos ubican la redacción del texto del Génesis que leemos hoy, durante el reinado del rey Salomón y los consideran una denuncia profética a los desmanes de Salomón, en forma simbólica (por miedo a la represión).

Vendría a decir lo mismo que, 400 años después de muerto Salomón, en forma abierta, nos dice el primer  libro de los Reyes en el capítulo 11.

Llama la atención la imagen la serpiente: Animal escurridizo, que muerde a traición al caminante, especialmente maligno, traidor

 Simboliza la inclinación al mal, el afán de dominio sobre los demás, la injusticia que habita en la profundidad del ser humano.

Simboliza también el estilo de gobierno de los faraones, que en su cabeza se colocaban un casquete con la figura de la serpiente, símbolo de la sabiduría total.

El árbol, significa el proyecto de Dios, que debemos respetar.

Salomón, el hombre dotado por Dios de riqueza y de gran sabiduría, tomó el árbol (manipuló las leyes para oprimir al pueblo), porque la serpiente se introdujo en el corazón de Salomón a través de sus mujeres extranjeras.

Los servidores públicos tenemos que vencer la tentación de (tomar del árbol de la vida),  haciendo o favoreciendo leyes que dañan la vida y la salud del pueblo, y, por el contrario, hemos de hacer o favorecer leyes que propician la vida y la salud del pueblo.

Los servidores públicos tenemos que vencer la tentación de aceptar las voces (de la serpiente) que propugnan por la desigualdad y la opresión, y, por el contrario escuchar las voces que propugnan por proyectos de igualdad y libertad.

Los servidores públicos tenemos que vencer la tentación de ponernos como autoridad suprema (Ser como dioses) para darle a Dios su lugar central en nuestra vida y en nuestro actuar personal y social.

Jesús en el bautismo ha tomado conciencia de que es el hijo amado del Padre y que tiene una misión. Ahora, conducido por el Espíritu, va al desierto para encontrar los caminos que ha de seguir en su misión y los caminos que ha de rechazar.

Jesús descubre que no ha de realizar su misión manipulando a Dios y buscando interés personales (Si eres el Hijo de Dios dí que estas piedras se conviertan en pan) ni buscando la riqueza, el poder o la fama.

El camino de la misión es

  • Poner a Dios en el centro: Al Señor tu Dios adorarás y a Él sólo servirás”,
  • Alimentarse de la Escritura: “No sólo de pan vive el hombre  sino de toda palabra  que sale de la boca de Dios” y
  • Rechazar el afán de manipular a Dios para nuestro beneficio “No tentarás al Señor tu Dios”
     
    Los creyentes tenemos que vencer la tentación de la apatía y el conformismo frente a las decisiones que toman las autoridades, tanto civiles como religiosas y que dañan la vida del pueblo.
    Los creyentes tenemos que vencer la tentación de la ignorancia y tenemos que esforzarnos por conocer y tomar conciencia, tanto de nuestros derechos como de  nuestras responsabilidades
    Los creyentes tenemos que vencer la tentación de actuar en forma individual frente a los problemas y encontrar caminos para trabajar en equipo, con objetivos y metas claras
    Marzo 08 2014
     
    Día internacional de la mujer
    Cosme Carlos Ríos

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