Para vivir el Concilio
Responsable: Cosme Carlos Ríos
Textos conciliares
DV 2: La revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente
ligadas, las obras realizan las palabras; las palabras explican su
misterio.
DV 3: En la creación misma ofrece Dios un testimonio perenne
de sí mismo. Se reveló desde el principio a nuestros primeros padres.
DV 6: Dios es cognoscible por la razón natural desde las
cosas creadas. La revelación proporciona un conocimiento con absoluta certeza y
sin error sobre las realidades divinas, que no son en sí inaccesibles a la
razón humana.
DV 7: La trasmisión fue oral y por escrito. La Escritura va
junto con la Tradición.
DV 8: La Tradición apostólica «va creciendo» en la iglesia
con la ayuda del Espíritu. Crece la comprensión de las palabras cuando los
fíeles las contemplan y estudian...
DV 9: La Sagrada Escritura es la Palabra de Dios, en cuanto
escrita por inspiración del Espíritu Santo.
D V 14: Dios se revela en historia de salvación.
LG 5: La reino brilla ante los hombres en la palabra, en las
obras y en la presencia de Cristo.
AA 6: La iglesia debe manifestar al mundo «con obras y
palabras» el mensaje de Cristo.
Palabra de Dios
—
Jn 1,1-18: La Palabra se hizo carne. Es el Hijo quien nos ha contado cómo es
Dios.
—
Rom 1,18-20: Dios ofrece en la creación un testimonio de sí. Pero los hombres
oprimen la verdad con la injusticia.
—
Jn 1,1-4: Os escribimos lo que hemos visto y oído para que vuestra alegría
llegue a término.
— Heb 4,12-13: La Palabra de Dios es cortante. Llega a las entretelas
del alma.
Cuestiones para el diálogo
—¿Qué
entendemos por «Historia de la Salvación»?
—¿Qué
relación y diferencia hay entre el Antiguo y el Nuevo Testamento?
— ¿Qué relación tiene la historia real con la historia de la
salvación?
Reflexión
1. El Vaticano II ha consagrado la visión del contenido de
la Biblia como la descripción de la historia de la salvación. La Biblia
deja de ser una fría colección de textos o de afirmaciones reveladas, y pasa a
ser la manifestación de Dios a través de la historia de la salvación.
Esta historia comienza en la creación misma, y desborda los
límites del pueblo de Israel. La historia de la salvación se hace una realidad
omnipresente y omniabarcante.
Con ello comprendemos mejor la universal presencia de Dios y
su misteriosa pedagogía.
2. Queda así superada la concepción doctrinaria de la
revelación (DV 2; LG 5; AA 6). Se afirma claramente que la revelación
divina se ha realizado (y se realiza) por medio de obras y palabras, íntimamente
ligadas entre sí. Dios interviene en la historia. La revelación se hace histórica,
a través de hechos históricos. Emerge así en la conciencia conciliar de la
iglesia una imagen de Dios genuinamente bíblica: Dios siempre mayor, Dios que
se revela en la historia, que camina delante del pueblo conduciéndole hacia la
utopía de la tierra prometida, y que se realiza definitivamente en Jesús, en
sus palabras y en sus prácticas, como manifestación escatológica de la «historia
de Dios» y de la voluntad de Dios sobre la historia.
3. La Palabra de Dios deja de ser, así, un escueto libro, en
sí mismo, aislado, para ocupar su puesto en el contexto de la comunidad
creyente, en la Tradición viva del pueblo de Dios peregrino, que es una
«tradición que va creciendo en la iglesia con la ayuda del Espíritu» (DV 8). La
Palabra de Dios se nos manifiesta así en el Concilio desde una nueva
perspectiva, «nos revela nuevas riquezas».
Examen
—
¿Tenemos todavía una concepción puramente doctrinaria de la revelación bíblica?
— ¿Valoramos debidamente en nuestra comunidad la Palabra de
Dios? ¿En qué gestos concretos podemos mostrarlo?
Conversión
—
Leer, estudiar más a fondo la Biblia.
—
Hacer oración con la Palabra de Dios.
Preces
—
Por los catequistas y trasmisores de la fe.
—
Por los teólogos e investigadores de la Biblia.
— Por los delegados de la Palabra, los que animan las celebraciones
de la Palabra.
— Por todos aquellos a quienes no ha llegado la noticia del
Evangelio.
— Por todos los que generan opresión e injusticia,
oponiéndose a la salvación de la historia.
Oración
Dios, Padre nuestro, que en Jesús te has hecho compañero nuestro
en el caminar por la historia, nos has revelado la utopía de la historia y te
has hechos historia de la salvación; haz que también nosotros nos entreguemos a
la salvación de la historia. Por J. n. S.
No hay comentarios:
Publicar un comentario