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miércoles, 26 de septiembre de 2012
Para una buena lectura de la biblia
Cuando nos encontramos con una persona lo primero en lo que nos fijamos es en la cara; puede ser de un niño, de un joven o de un adulto, de un varón de una mujer
Si es un niño el que nos habla, su lenguaje hay que entenderlo como lenguaje de niño, diferente del lenguaje de un joven o de un adulto y diferente si se trata de un varón o de una mujer.
La Cara: El texto bíblico como literatura
Así nosotros, al leer la Biblia, vemos caras diferentes o sea tenemos al frente diferentes maneras de escribir, porque puede tratarse de una narración, de una oración, de una parábola o de una poesía.
Cada una de las formas mencionadas se expresa de una manera diferente y por lo mismo su significado depende de la clase de texto que estamos leyendo.
Esto es importante porque se pueden cometer errores gravísimos como interpretar el Apocalipsis como un libro para atemorizar, cuando el libro fue escrito para animar y dar esperanza a los creyentes perseguidos a causa de su fé.
Como el texto original fue escrito en un idioma distinto al nuestro, es muy importante que tengamos una buena traducción.
La mejor traducción es aquella que, respetando el sentido del texto original, lo expresa en un lenguaje comprensible para el lector común: En nuestro caso podría ser “La Biblia Latinoamérica” o la “Dios habla hoy”
Los Pies:El texto bíblico como producto histórico social
Además el texto bíblico fue escrito en un determinado lugar, en un determinado tiempo y en unas determinadas circunstancias.
Para situar el texto en el tiempo y el lugar hacen falta conocimientos de historia, de geografía, de ciencias sociales y de arqueología.
Pero como la mayoría de nosotros no tenemos esos conocimientos, hemos de ayudarnos de algún buen diccionario bíblico, de la Introducción al libro que estamos leyendo y de las notas explicativas que vienen al pie de página.
El Corazón: El texto bíblico como revelación de Dios
Pero lo más importante es que en el corazón del texto encontremos a Dios para conocer cómo es El y qué quiere de nosotros.
Un método: La lectura orante de la Biblia
Por siglos los monjes han practicado esta manera de leer la Biblia que los Obispos de América Latina recomiendan hoy
Estos son los pasos
Lectura: ¿Qué dice el texto? (Respetando exactamente lo que dice)
Meditación ¿Qué nos dice? (Aquí relacionamos el texto con nuestra vida)
Oración ¿Qué respondemos al que nos habló? (A Dios)
Contemplación ¿A qué nos comprometemos? (Damos la respuesta con nuestra vida)
CCR
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