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sábado, 29 de septiembre de 2012

Construyamos realciones de valoración y tolerancia

 Mirando hacia el pasado vemos que nuestra Iglesia ha mostrado fanatismo e intolerancia hacia los pueblos politeístas al destruir sus templos, y hacia el protestantismo.
Las Cruzadas fueron una muestra de ese fanatismo e intolerancia en las que intervino el mismo Pontífice
En nuestra vida diaria, en la relación entre católicos y personas de otros grupos religiosos se vive, de ambos lados, un fanatismo falto de respeto y de tolerancia.
Una muestra de intolerancia se ha presentado cuando fueran publicadas imágenes ofensivas al profeta Mahoma, lo que provocó una respuesta igualmente fanática e intolerante.
Al interior de la Iglesia somos intolerantes y menospreciamos a las personas o grupos que tienen una línea de pensamiento o de acción diferente a la nuestra, como si fuéramos los únicos que pensamos o actuamos en nombre de Dios.

El libro de los Números nos refiere que Moisés, en el desierto, se ve fuertemente asediado por el pueblo, que le hace reclamaciones y él a su vez se dirige a Dios en estos términos"¿Por qué tratas tan duramente a tu servidor? ¿Por qué no has tenido compasión de mí, y me has cargado con el peso de todo este pueblo?
El Señor le ordena: Reúneme a setenta de los ancianos de Israel llévalos a la Carpa del Encuentro, y que permanezcan allí junto contigo. -Yo bajaré hasta allí, te hablaré, y tomaré algo del espíritu que tú posees, para comunicárselo a ellos. Así podrán compartir contigo el peso de este pueblo, y no tendrás que soportarlo tú solo.
Moisés reunió a setenta hombres entre los ancianos del pueblo, el Señor descendió en la nube y le habló a Moisés. Después tomó algo del espíritu que estaba sobre él y lo infundió a los setenta ancianos.
Eldad y Medad que habían sido elegidos no se encontraban en la Carpa del Encuentro, pero también sobre ellos descendió el Espíritu y se pusieron a profetizar lo que provocó los celos fanáticos de Josué quien pide a Moisés que lo prohíba, a lo que Moisés respondió: Ojalá todos fueran profetas en el pueblo del Señor, porque él les infunde su espíritu!.

En el camino de los discípulos de Jesús aparece una persona que expulsa demonios en nombre de Jesús y Juan confiesa que se lo han prohibido porque no es de los nuestros". a lo que Jesús responde: "No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí.
Moisés valora a todos los que profetizan,
Jesús valora a todos los que luchan contra el mal.
Moisés y Jesús rechazan el menosprecio de los que piensan y actúan diferente de nosotros; ambos se muestran totalmente opuestos al fanatismo y a la intolerancia.

Valorar y tolerar como Moisés, implica valorar y apoyar las voces que profetizan alzando la voz en defensa de los pobres, las mujeres, los niños, los campesinos, los indígenas
Valorar y tolerar como Jesús, implica apoyar a todos los que luchan contra lo que deshumaniza a la humanidad: el hambre, la enfermedad, la ignorancia, la injusticia, la marginación.
Ser abiertos e incluyentes como Jesús y como Moisés, implica valorar la actividad de los hermanos separados, sin traicionar nuestros objetivos creyentes.
Ser abiertos e incluyentes como Jesús y como Moisés implica valorar y respetar la actividad que realizan otros grupos de nuestra comunidad y esforzarnos por colaborar con ellos, creando un Consejo de pastoral que integre las diferentes formas de vivir y de trabajar en la comunidad.
Apoyemos el movimiento ciudadano por la paz
CCR

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