Prepararnos a la pascua es: Conocer, amar y seguir
La persona, la palabra y el proyecto de Jesús
En nuestra
preparación a la Pascua insistimos más en una serie de prácticas que en el
conocimiento y amor de Jesucristo.
Los relatos
del ÉXODO se mueven entre dos puntos geográficos precisos: Egipto y el Sinaí.
Allí se
desarrollaron los acontecimientos que hicieron de Israel el Pueblo de Dios: la
salida de Egipto, el paso del Mar Rojo y la Alianza del Sinaí.
El recuerdo de
estos acontecimientos se grabó para siempre en la memoria de Israel, y se
convirtió en el fundamento mismo de su fe.
Es en el Sinaí
donde Yahvé e Israel celebran un Pacto (alianza) para luchar juntos en la
construcción de una sociedad sin tributo ni trabajos forzados
Los Diez
mandamientos, (en el pasaje que leemos hoy) expresan el compromiso del pueblo
en ese Pacto.
La introducción
con la que se promulga esta ley: "Yo soy Yahvé, tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, del
lugar de esclavitud”, es la clave para interpretarlos
La
Ley es un camino para que el pueblo nunca más vuelva a la esclavitud y para que
el pueblo conserve la libertad que adquirió al salir de Egipto.
Es
el camino para construir una nueva sociedad en justicia y libertad.
Desde muchos siglos antes
de Jesús, en Palestina sólo había un templo. Los sacerdotes intermediarios del
encuentro con Dios adquirían, el mayor poder que un hombre puede pretender: la
capacidad para facilitar o impedir la relación de los hombres con Dios.
Los sumos sacerdotes, que
se atribuyeron en exclusiva ese poder, muy pronto lo aprovecharon en beneficio
propio.
En tiempos de Jesús,
controlaban directa o indirectamente la venta de animales -corderos, bueyes
y palomas- para los sacrificios.
El tesoro del templo
funcionaba también como banco en el que se depositaban las grandes fortunas y,
además, el templo poseía grandes extensiones de tierra; era la primera
empresa de Palestina.
Jesús se
presenta con un azote en la mano (el evangelio no dice que lo utilice contra
nadie): él es el Mesías, y como tal se muestra. Pero lo que hace y lo que dice
va mucho más allá de lo que todos esperaban.
Jesús
desbarata todo aquel montaje. No puede consentir que lo que debería haber sido
un lugar de encuentro con el Dios liberador se haya convertido en un negocio
para explotar a los pobres.
Su gesto es
una acusación contra los dirigentes religiosos de Israel que manejan la fe del
pueblo para enriquecerse; pero, al mismo tiempo, echando fuera a los animales,
está indicando que ya no van a hacer falta para dar culto a Dios.
Dios no necesita para
nada la sangre de los animales; lo que él quiere es que los hombres practiquemos
la justicia y el derecho; ésas son las ceremonias religiosas
que Dios agradece.
De aquí en
adelante Dios está presente en un cuerpo, el del Hombre que da su vida por amor a sus semejantes.
En la primera Alianza La Ley y el Templo fueron las
mediaciones para vivir la fé; en la Nueva Alianza Jesús es la nueva Ley y el
nuevo Templo en el que podemos encontrarnos con el Padre y con los hermanos.
Prepararnos a la pascua significa para nosotros hoy,
conocer, amar y seguir la persona de Jesús de Nazaret hombre, que entregó su
vida por fidelidad al proyecto del Padre y por amor a nosotros.
Prepararnos a la pascua significa para nosotros hoy,
conocer, y luchar por el proyecto de Jesús: El reinado de Dios, trabajando por un mundo de amor, de justicia, de paz, de
verdad y de libertad
Prepararnos a la
pascua significa para nosotros hoy, escuchar y poner en práctica la palabra de
Jesús: sus enseñanzas, sus obras.
Marzo 07 del 2015
Cosme Carlos Ríos
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