La comunidad lugar de reconciliación, de justicia
y de verdad
Las
comunidades cristianas tenemos la tentación y la práctica de excluir y condenar
a todos aquellos que no hacen lo que hacemos nosotros.
Nuestra
intolerancia es manifiesta sobre todo en las excomuniones, y en el rechazo de
otras formas de vivir la fé; cosa que hacemos sin escuchar y sin dar otra oportunidad.
Nos falta
mucho para que nuestras comunidades sean realmente fraternas, sean un espacio
de reconciliación y de verdad
Ezequiel es profeta del exilio. Se presenta como el
vigilante de su pueblo. La actitud vigilante es un rasgo del auténtico profeta. Estar
atento a lo que pasa para alertar y prevenir al pueblo.
El profeta verdadero está siempre atento a escuchar la
Palabra de Dios. Lee los acontecimientos de la historia y los interpreta a la
luz de la Palabra de Dios. El vigilante, está pendiente de los peligros que
acechan al pueblo.
El profeta tiene la misión de abrir los ojos. Pero también el pueblo puede aceptar o rechazar la
interpelación profética. Lo que no está bien es pasar por alto el peligro.
Hoy, como ayer, el profeta tiene que estar vigilante para
prevenir a la comunidad.
El evangelio de Mateo nos presenta el pasaje que se ha
denominado comúnmente la corrección fraterna. El texto revela los conflictos
internos que vivía la comunidad de Mateo.
Nos encontramos, ante texto que pretende enfrentar y
resolver el problema de los conflictos comunitarios.
El pecado no es solamente de orden individual o moral. Aquí
se trata de faltas graves en contra de la comunidad. Se trata de resolver los
asuntos complicados en las relaciones interpersonales siguiendo la pedagogía de
Jesús.
El evangelista quiere dejar en claro que se trata, ante todo,
de salvar al trasgresor, de no condenarlo ni expulsarlo de entrada. Lo que
importa es salvar a la persona por todos medios.
Nuestro compromiso como creyentes es luchar por la verdad.
Nuestras familias y comunidades cristianas deben ser, ante todo, lugares de
reconciliación, de justicia y de verdad.
Exigir respeto por las personas que se equivocan pero que
quieren rectificar su error, es imperativo del Evangelio. Pero ante todo, el
compromiso con la justicia, la verdad y la reconciliación es una actitud
profética.
Es importante tomar en cuenta la afirmación de Jesús de que
Él está presente donde dos o tres se reúnen en su nombre, no exige ni instituciones
ni presencia de personalidades
Construimos la comunidad de Jesús cuando, en su nombre, nos
reunimos para construir el Reino: Hacer un mundo donde haya vida digna para
todos.
Construimos la comunidad de Jesús cuando cambiamos nuestras
actitudes excluyentes por actitudes de respeto, tolerancia e inclusión,
ofreciendo otra oportunidad hacia quienes han fallado
Construimos la comunidad de Jesús cuando nos
esforzamos porque a todos niveles, nuestras comunidades sean espacios de
reconciliación, de justicia y de verdad
Somos auténticos centinelas (profetas) en la medida en que
nos mantenemos atentos al acontecer de nuestro mundo e interpretamos los
acontecimientos con los ojos de Dios y ponemos en alerta a nuestras comunidades
Cosme Carlos Ríos
Septiembre 06 14
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