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viernes, 30 de mayo de 2014


Continuar la misión de Jesús

Cuando terminan muchos retiros y algunas reuniones, las personas acostumbrar dar testimonio de lo que han vivido y experimentado, haciendo notar los dones que han recibido.

Sin embargo después del Encuentro o retiro, las personas vuelven a su vida diaria y poco se nota una vida de mayor entrega y servicio a los demás, suelen quedarse parados en espera de otro retiro.

El servicio, la entrega a los más desposeídos no es el testimonio que con más frecuencia damos los testigos de Jesús resucitado.

Tenemos la tendencia a quedarnos en la oración y meditación, pero sin que ellas nos impulsen a la construcción de un mundo más justo y humano

 

La primera lectura de este día de la Ascensión comienza haciendo un enlace con el Evangelio de Lucas, en el que nos compartió todo lo que Jesús hizo y enseñó.

Nos recuerda que Jesús completó la formación de los discípulos hablándoles durante 40 días del Reinado de Dios.

En seguida les hace la promesa de que van a recibir el Espíritu Santo: Ellos mal entienden las palabras de Jesús y piensan en términos de poder y de dominio más que de servicio.

Jesús les aclara que el Reino de Dios se recibe con actitud de servicio y no de poder o de dominio, y les renueva la promesa de darles el don del Espíritu Santo a fin de que sean sus testigos por toda la tierra.

Posteriormente dice la lectura que ellos lo vieron elevarse y se quedaron mirando al cielo, pero dos hombres se les aparecieron cuestionándolos por seguir parados mirando al cielo, sin continuar la misión, y les reitera que Jesús volverá.

Esta parte del texto es construída tomando  como fondo la ascensión del profeta Elías, que es arrebatado por un carro de fuego con caballos de fuego

En el evangelio, Mateo sitúa este encuentro de los discípulos con Jesús, en Galilea, el lugar de la Misión, en un monte, lugar tradicional para el encuentro con Dios.

El encuentro es con Jesús resucitado (Es el último pasaje del Evangelio)

Jesús declara que ha recibido todo poder, y haciendo uso de ese poder, los envía para que todos los pueblos se vuelvan discípulos de Jesús.

El que se haya hecho discípulo, recibirá el bautismo como signo de que se purifica del pasado, para asumir el proyecto de Jesús y aprenderá a guardar lo que Jesús hizo y enseñó.

La Ascensión de Jesús expresa que la misión terrena de Jesús termina, y bajo el impulso del Espíritu Santo, inicia la misión de la comunidad de discípulos. No podemos quedarnos parados

 

Celebrar la Ascensión de Jesús ha de significar para nosotros, encontrarnos con Jesús Resucitado, (viviendo una vida nueva), y encontrarnos con él en la realidad de los marginados (Galilea)

Celebrar la Ascensión de Jesús ha de significar para nosotros, meditar en todo lo que Jesús hizo y enseñó;  profundizar en lo que significa el Reinado de Dios.

Celebrar la Ascensión de Jesús ha de significar para nosotros, poner los pies en la tierra, mirar  nuestra vida diaria, abrirnos a la acción del Espíritu Santo para descubrir los espacios en los que hoy urge que demos testimonio de Jesús.

Celebrar la Ascensión de Jesús ha de significar para nosotros, meditar lo que significó y lo que significa para nosotros, ser testigos de Jesús.

Celebrar la Ascensión de Jesús ha de significar para nosotros, dejar a un lado actitudes de poder y de dominio y por el contrario dar testimonio de servicio y entrega a los más desposeídos

 

Cosme Carlos Ríos

Mayo 30 del 2014

sábado, 24 de mayo de 2014


El Espíritu Santo y la misión

 

Por mucho tiempo el Espíritu Santo ha estado bastante olvidado en la vida, en la oración y en la pastoral de la Iglesia.

Recientemente, a partir de grupos pentecostales, se ha impulsado el conocimiento y el amor al Espíritu Santo.

Pero mucho ha quedado reducido a la vida personal, sin proyección a la vida de la Iglesia  y con la misión de la comunidad.

Nos hace falta profundizar en la Sagrada Escritura y en particular en los Evangelios, para conocer al Espíritu Santo, su relación con Jesús y con los discípulos para que, en la misión, nos abramos a su actuación.

 

La región de Samaria formó originalmente parte de las 12 tribus que formaron Israel.

A la muerte de Salomón, que había restablecido los tributos y los trabajos forzados, las 10 tribus del Norte se rebelaron contra la casa de David y formaron un reino diferente. Con ello se hizo difícil la convivencia entre ambos pueblos

El año 722 a. c. el emperador de Asiria derrotó militarmente al rey de Samaria y se llevó cautivos a numerosos ciudadanos de este país.

Trajo en su lugar a colonos venidos de otras partes que traían una cultura y una religión diferente, lo que hacía imposible la integración entre ellos para sacudirse el yugo del emperador.

A partir de ese momento la convivencia entre judíos y samaritanos se volvió imposible y evitaban todo tipo de convivencia entre ellos.

Los judíos eran sumamente cerrados e intolerantes hacia las otras expresiones religiosas.

La comunidad cristiana de Jerusalén ha asumido algunos de los valores de Jesús, pero es heredera de la cultura de cerrazón e intolerancia del grupo judío.

No les cabe en la cabeza que Felipe, que no es del grupo de los Doce, se lance a la misión, y mucho menos que lleve el Evangelio a tierra de samaritanos.

Sospechan de la actuación de Felipe y es por ello que mandan a Pedro y a Juan a Samaria. Pero El Espíritu los obliga a reconocer lo que parecía imposible:

  • Felipe tiene legítimo derecho a participar en la misión; esta no es exclusiva de los Doce
  • Los destinatarios de la misión no son sólo los judíos sino todos los pueblos
    El evangelio continúa en el contexto de la semana anterior: Los discípulos presienten que Jesús se va a separar de ellos y se sienten desamparados. Jesús les manifiesta lo que espera de ellos:
    Ustedes demostrarán que me aman, si cumplen mis mandamientos. El que me obedece y hace lo que yo mando, demuestra que me ama de verdad.
    Amar a Jesús es seguir viviendo lo que El enseñó con su vida y con su palabra: Pero vivir la misericordia hacia los marginados y denunciar a los poderes que provocan muerte puede conducir a la Cruz y esto da miedo
    Jesús les promete: Yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes
    El paráclito es el que está al lado, que consuela y como abogado, defiende. Entendemos que se trata del Espíritu Santo
    Podemos entender que:
    El Espíritu Santo, en nombre de Jesús, acompaña, consuela y defienda a la comunidad ante los riesgos que comporta la misión.
    El Espíritu Santo confirma que la misión es tarea de todos los discípulos de Jesús y que la misión no tiene fronteras
     
    Creer en el Espíritu Santo nos compromete a leer y profundizar los textos del Evangelio que lo relacionan con la misión de María, con la misión de los discípulos y con el nacimiento y envió de la Iglesia.
    Abrirnos a la acción del Espíritu Santo significa para nosotros valorar en la comunidad, las buenas obras de los pequeños y ofrecerles oportunidades para que actúen.
     
       Abrirnos a la acción del Espíritu Santo significa para nosotros no poner límites a la acción pastoral y, a la manera de Felipe, ir más allá de la frontera: más allá de lo acostumbrado
     
     
     
     

sábado, 17 de mayo de 2014


El servicio camino para llegar al Padre

En nuestra Iglesia se ha restablecido el diaconado permanente; lamentablemente lo que más se nota en los casados diáconos, es su forma de vestir y su dedicación al culto.

Era de esperarse en base al espíritu original que fueran los que se dedican al servicio de los últimos, de los menospreciados, de todos los rechazados por la sociedad del poder y del consumo.

Los ministros de la Iglesia hemos dejado del lado el distintivo de Jesús: poner nuestra vida, todas nuestras obras al servicio de los últimos, de los que no cuentan en nuestra sociedad.

En vez de buscar los lugares de honor y de prestigio tendríamos que tener olor a oveja por nuestro contacto permanente con el pueblo sufriente.

En los últimos años muchas personas han perdido el rumbo: Buscan estilos, personalidades, ambientes religiosos o místicos, pero no encuentran o rehúyen el camino de Jesús.

 

El libro de los Hechos acostumbra llamar “los hombres y mujeres del camino” a las personas que han tomado la decisión de asumir el estilo de vida proclamado por Jesús de Nazaret

A pesar de todo, también entre los seguidores de Jesús se da la discriminación por motivos étnicos y de condición social: Se hace menos a las viudas extranjeras.

Ante esta situación, los creyentes presentan el problema ante los Apóstoles, que declaran que no lo pueden hacer todo y que necesitan crear un nuevo ministerio para atender a las necesidades urgentes de la comunidad.  

Para crear el nuevo ministerio hacen intervenir a la comunidad a fin de que elija sus propios servidores, animadores.

Los elegidos son siete personas de origen helénico que son presentados a los apóstoles para atender las necesidades de la comunidad.

No son servidores de segunda. Son personas encargadas o enviadas a realizar ministerios diferentes. Pero todos están empeñados en la difusión de la Palabra y en el crecimiento numérico y cualificado de la comunidad.

El evangelio de hoy se nos presenta como una despedida de Jesús. Los discípulos intuyen o entienden, que Jesús se va a separar de ellos y se sienten perdidos sin rumbo y sin camino

Jesús declara que el camino único para llegar al Padre es  el mismo Jesús: sólo su práctica del amor misericordioso y de la denuncia profética constituyen el camino seguro para llegar al Padre.

 

Seguir a Jesús hoy, implica, continuar el camino de la misericordia de modo particular hacia los extranjeros y hacia todos los pobres, sin ninguna discriminación.

Seguir a Jesús hoy, implica, tomar el camino de estar siempre en actitud de servicio, sin ponernos por encima de los demás.

Seguir a Jesús hoy implica renunciar a la búsqueda de los puestos de poder, de fama o de beneficio económico, que marcan un camino contrario al de Jesús

Seguir a Jesús hoy implica seguir el camino de lucha misericordiosa a favor de los grupos rechazados, en particular por su preferencia sexual.

Tenemos que usar la inventiva para mostrar la misericordia sin favorecer actitudes y acciones contrarias a la dignidad de la persona

Cosme Carlos Ríos

Mayo 17 2014

sábado, 10 de mayo de 2014


Escuchar la voz de Jesús, compartir su vida y su destino

 

La conciencia de los cristianos se orienta más por las enseñanzas recibidas en la catequesis y en la familia, en la orientación de los pastores (Papa, Obispos, Sacerdotes) que por la lectura y meditación de la palabra de Dios.

Preferimos que alguien nos interprete la palabra de Jesús que hacer un esfuerzo por leer el Evangelio, escuchar a Jesús y dialogar con Él

El cristiano camina más de acuerdo con la observancia de normas, leyes y mandamientos que en escuchar la voz de Jesús y seguirlo compartiendo su lucha y su destino.

Los pastores hemos olvidado que antes de serlo, tenemos que convertirnos en ovejas de Jesús que lo aman y comparten su lucha y su camino

 

 

La primera lectura que se nos propone hoy, muestra el contenido central de lo que hoy se llama Kerygma (Primer anuncio): » A este mismo Jesús, a quien ustedes mataron en una cruz, Dios le ha dado poder y autoridad sobre toda la humanidad.»

Jesús fue rechazado por os jefes judíos, a quienes el Padre Dios contradice, dándole poder y autoridad sobre toda la humanidad.

El salmo 23 nos habla de Dios como pastor que no permite que nos falte algo, que se preocupa por el reposo de su pueblo, que sacia su sed, que lo fortalece y guía por el camino recto, ofreciéndole su amor y protección.

El texto de Juan que leemos en el evangelio de hoy, es continuación de una polémica de Jesús con los fariseos en torno a la curación del ciego de nacimiento:

Jesús hace ver

Los fariseos expulsan de la sinagoga al ciego curado.

Aquí se trata de dos alegorías independientes:

  • La del pastor y el rebaño que indica la seguridad de las ovejas bajo la protección del pastor, donde habla de la entrega de su vida por ellas para que tengan la vida verdadera.
  • La de la puerta que presenta a Jesús como el acceso único a la salud.

Retoma la imagen de Dios pastor que aparece en la literatura bíblica de modo particular en el capítulo 34 de Ezequiel y en el salmo 23

A partir de este texto es importante retomar la espiritualidad del seguimiento de Jesucristo que implica estar atentos a su voz, amarlo, caminar con Él y colaborar con El.

 

Ser pastores como Jesús implica para nosotros, abrir los oídos y el corazón a la palabra y a la acción de Jesús; palabra que denuncia a los poderes que causan muerte, palabra que protege y defiende la vida de los débiles.

Ser ovejas de Jesús implica para nosotros hoy, abrir los oídos y el corazón a la palabra de Jesús en la Escritura y en el clamor de las víctimas que reclaman  justicia.

Ser ovejas de Jesús implica para nosotros hoy, mantener con Él una relación de amor profundo que nos lleva a compartir su lucha, su camino y su destino.

Feliz día de las madres

Cosme Carlos Ríos

Mayo 10 2014

 

 

sábado, 3 de mayo de 2014


Jesús acompaña, enciende el corazón

y reintegra a la comunidad

 

La renovación iniciada y promovida por el Vaticano II nos llenó de una gran esperanza: la predicación se centra más en la predicación de la persona de Jesús y su proyecto del Reino.

La Liturgia empieza a pasar de un culto meramente formal a una celebración comunitaria del Misterio de Jesús muerto y resucitado en nuestra vida diaria.

Se da mucho impulso a lo comunitario, a la dimensión social de la fe y muchos cristianos empiezan a participar en actividades misioneras

Pero el excesivo centralismo, el conservadurismo y el individualismo constituyeron un obstáculo para la renovación conciliar.

Muchos de los que antes impulsábamos esta manera de ser Iglesia más igualitaria y participativa perdimos el entusiasmo y algunos se han frenado o han tomado otros caminos.

 

El autor del libro de los Hechos de los Apóstoles pone en boca de Pedro el Kerygma (Primer anuncio de Jesús):

“Dios acreditó a Jesús de Nazaret con señales, milagros y prodigios.

Ustedes lo entregaron a los paganos para ser crucificado, pero

Dios lo resucitó de entre los muertos”

La muerte de Jesús es consecuencia de realizar el encargo del Padre provocando la ira de los hombres del poder religioso.

La resurrección es la protesta del Padre a los asesinos de su enviado.

Dos discípulos de Jesús han decidido abandonar el grupo, frustrados y  llenos de desaliento por la muerte del Maestro Nazareno, caminan de regreso a casa.

Jesús comienza a caminar con ellos, se interesa por la cara que muestran, pero la desilusión y la amargura les impiden reconocerlo  y hasta lo regañan.

Jesús los reprende por su incapacidad de entender su muerte a la luz de las Escrituras y les hace una lectura completa de la Biblia que les calienta el corazón.

Al caer la tarde entusiasmados por la palabra de Jesús lo comprometen a que se albergue con ellos y al momento de partir el pan descubren que el huésped es el Resucitado.

Alegres retornan a  la comunidad para compartir la alegría y animar a los demás.

 

Como los discípulos de Emaús tenemos que sacudirnos la tierra de los ojos para ver al Resucitado en los compañeros de camino y de lucha.

Como los discípulos de Emaús tenemos que reflexionar sobre nuestros desalientos y amarguras a la luz de la Escritura.

Como los discípulos de Emaús tenemos que repetir los gestos de Jesús, en particular el hecho de compartir la mesa y de celebrar en la Eucaristía nuestra propia vida.

Como centro de nuestra vida hemos de poner el actuar de Jesús, acreditados como El por el Padre, para realizando señales y hechos maravillosos que consuelan y dan esperanza a todos los maltratados.

Vivir la resurrección ha de significar que la vida compasiva y misericordiosa de Jesús sigue presente en nuestro mundo

Mayo 03/14

Cosme Carlos Ríos