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sábado, 2 de noviembre de 2013


Buscar y salvar lo que estaba perdido

 

La generalidad de los creyentes se caracteriza por ser personas que observan una serie de normas en particular las que se relacionan con el culto. Es poco frecuente que el creyente haga gala de su compasión y de su preocupación por los alejados.

Poco nos interesa buscar y salvar lo que creemos perdido

Recientemente algunos pastores de Iglesia están mostrando, con hechos y palabras la práctica de la misericordia con los más desamparados

 

El libro de la Sabiduría es el último de los libros del AT, escrito por un judío de Alejandría, hacia el año 50 a.C.

Los judíos en Alejandría (Egipto) pasaban de los 200 mil y muchos habían renunciado incluso a su fe, para evitar ser marginados de la sociedad de cultura griega.

En este libro, el autor se preocupa por presentar la fe y la sabiduría de Israel en términos adecuados a la civilización griega y en su misma lengua.

La sabiduría es un don de Dios que ofrece él sin excepción a todos los hombres. La lectura de hoy es una bella oración meditativa sobre Dios.

El tema del libro es profundo y desafiante. Merece la pena prestarle atención, para no quedarnos en una fe acrítica, repetitiva y fundamentalista.

Hoy nos presenta Dios que se compadece de todos, y aparta los ojos de los pecados de los hombres para que ellos se conviertan.

Jesús de Nazaret está en la recta final de su viaje a Jerusalén y en su paso por Jericó se encuentro con Zaqueo, cobrador de impuestos, hombre muy rico, pero despreciado por el pueblo.

Zaqueo busca una experiencia diferente: Quiere conocer a Jesús, pero su baja estatura no se lo permite, por lo que, exponiéndose al ridículo, se sube a un sicomoro.

Jesús levanta la mirada hacia Zaqueo y le pide que baje de ahí para que lo aloje en su casa. Zaqueo baja y lo recibe con alegría.

El evangelista Lucas es el mago de los contrastes y nos presenta la contrastante reacción de la gente, que murmura porque Jesús se ha ido a hospedar en casa de un pecador.

 

Ante Jesús, Zaqueo muestra su deseo de conversión al proyecto de Jesús: Su preocupación por la justicia y su opción por los pobres.

Jesús manifiesta que la salvación ha llegado a esa casa porque El ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.

 

Seremos auténticos creyentes en la medida en que renunciemos a ser jueces de las personas que no son tan observantes como nosotros.

Seremos auténticos creyentes en la medida en que seamos capaces de comprender a los que no son tan observantes y las causas o motivos que han influído en su manera de ser.

Seremos auténticos creyentes en la medida en que como Jesús iniciemos un proceso para buscar y salvar a los que consideramos perdidos.

Cosme Carlos Ríos

Noviembre 02 del 2013

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