Pascua:
Nueva vida
En
esta noche, los templos se llenan de personas, pero la mayoría de ellas acude
por obtener el agua bendita, que en la práctica se considera como un talismán y
poco se relaciona con la nueva vida del cristiano.
La
lectura del libro del Génesis que hacemos hoy tiene el estilo de un escrito
sacerdotal con una marcada influencia de los babilonios.
La
creación, lo nuevo, es toda ella obra de Dios que ha confiado al hombre como
administrador y no como dueño. Al hombre corresponde el respeto y desarrollo de
la obra que Dios le ha confiado.
El
paso del mar Rojo es una de las tradiciones más antiguas de Israel: señala cómo,
en respuesta y colaboración con Dios, ellos pudieron pasar de la tierra del
faraón al a tierra prometida
En
Egipto había enormes desigualdades, había trabajos forzados y se les quitaba
gran parte del fruto de su trabajo.
En
la tierra de la igualdad, sin tributos ni trabajos forzados, ellos formarán una
nueva sociedad, comenzarán a ser el pueblo de Dios.
La
lectura de Ezequiel corresponde a la época del exilio en la que los habitantes
de Judá se encuentran dispersos en campamentos en torno a los canales de
Babilonia y tienen el corazón lleno de amargura y desesperanza.
El
profeta, en nombre de Dios, les promete un cambio de situación, una vida nueva,
para ello los purificará, los reunirá y les cambiará el corazón de piedra para
que vuelvan a ser nuevamente pueblo de Dios.
La
carta de Pablo a los romanos nos recuerda que por el bautismo hemos sido
sepultados en la muerte de Cristo para que con él tengamos una vida nueva.
En
el evangelio, Lucas nos refiere que en la madrugada del primer día después del sábado, las mujeres fueron al sepulcro
llevando perfumes para ungir el cuerpo de Jesús.
Encuentran
removida la piedra que cubría el sepulcro, pero no encuentran el cuerpo de
Jesús. Se les presentan dos varones resplandecientes y ellas se llenan de
miedo.
Les
indican que no busquen entre los muertos al que está vivo y les declaran que ha
resucitado. Ellas regresan del sepulcro y proclaman la Buena Noticia de la
Resurrección.
La
Pascua es la fiesta de nuestro bautismo:
el agua significa que nos purificamos de nuestra vida de egoísmos, ambiciones,
competencias, para vivir la nueva vida e Jesús, vida de alegría, de amor
misericordioso, de servicio.
La
vida nueva de nosotros como bautizados se ha de mostrar en nuestra actitud de
poner a Jesús como centro de la vida y el esfuerzo permanente por la unidad en
nuestra comunidad cristiana.
La
vida nueva de nosotros como bautizados se ha de mostrar en un cambio interior
en un deseo profundo de vivir como hijos de Dios y como verdaderos hermanos de
los demás.
La
vida nueva de nosotros como bautizados se ha de mostrar en nuestra actitud de
amor, tolerancia y comprensión hacia los demás.
La
vida nueva de nosotros como bautizados se ha de mostrar en nuestra actitud de
respeto para con la naturaleza y defensa de toda la creación.
La
vida nueva de nosotros como bautizados se ha de mostrar en nuestra actitud de
defensa de la libertad, de la dignidad,
de los derechos de toda persona
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