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sábado, 28 de abril de 2012
El buen pastor conoce a sus ovejas
El problema de la desigualdad social y del desempleo ha ido creciendo en los últimos años, repercutiendo de modo más grave en los adolescentes y en los jóvenes. Ha crecido la migración forzada, con todo lo que significa. estar fuera de casa, fuera del país, expuestos a todo los peligros, y a merced de las mafías y de autoridades corruptas.
Ante esta situación es poca o nula la presencia y la voz de los pastores de Iglesia en defensa de los más débiles y necesitados. Tampoco estamos haciendo propuestas para un sistema social que ofrezca vida digna para todos. Es notable la presencia de muchos de nosotros, pastores, al lado de empresarios y políticos pero no al lado del pueblo.
Las autoridades civiles junto con el poder económico son los promotores de un sistema social que por estar situado en la lógica del mercado va destruyendo la vida del pueblo.
Jesús es el buen pastor que conoce a sus ovejas, que da la vida por ellas y las quiere reunir bajo un sólo rebaño En 1979 los obispos latinoamericanos reunidos en Puebla declararon:
«Ir delante de las ovejas» significa estar atentos a los caminos por los que los fieles transitan.
«Dar la vida» señala la medida del «ministerio jerárquico» y es la prueba del mayor amor.
«Conocer a las ovejas y ser conocidos es involucrar el propio ser, amar como quien vino no a ser servido sino a servir.
Los pastores tenemos que estar atentos a los problemas por los que están pasando nuestros hermanos sobre todo los más pobres. Ser pastores como Jesús significa que nuestra manera de vivir tiene que renunciar a los privilegios, para compartir la limitación que sufren los hermanos, cuando no les alcanza para la despensa, para el pago de los servicios, para los gastos de la salud, para las cuotas escolares.
Tenemos que analizar con los pobres el problema del desempleo y los bajos salarios y encontrar soluciones de todos para todos. Tenemos que descubrir y denunciar la lógica perversa del sistema de muerte que produce ricos cada vez más ricos, pero a costa de pobres cada vez más pobres.
Tenemos que acompañar y estar presentes al lado de los hermanos que sufren y al lado de aquellos que luchan en defensa de la dignidad de la persona y de los derechos humanos.
Tenemos que trabajar al lado de los jóvenes y adolescentes para encontrar con ellos soluciones que les permitan lograr un crecimiento integral: en educación, empleo, reconocimiento de su dignidad, que les permita integrarse en todos los beneficios de la vida social.
Tenemos que hacer conciencia en nuestras comunidades del problema de la migración y buscar soluciones asistenciales al problema, lo cual es urgente, pero tratando de ir a las causas del problema que son la falta de fuentes de trabajo digno y suficiente en sus lugares de origen.
Tenemos que abrir un diálogo entre pastores y fieles para que los planes de pastoral estén impregnados de esfuerzos para que los pobres tengan una vida digna y la tengan en abundancia. Hagamos propuestas para mejorar el pastoreo en nuestras comunidades
CCR
sábado, 21 de abril de 2012
Convirtamos la nostalgia en esperanza
Muchos de los que vivimos la época posterior al Concilio añoramos La opción por los pobres, La Teología de la liberación que nos hizo ver la realidad de pobreza con los ojos del Evangelio.
Añoramos la época de las comunidades eclesiales de base, el método VER-JUZGAR-ACTUAR, la participación activa de los laicos, las Eucaristías más alegres y dinámicas, el movimiento bíblico, el acompañamiento al movimiento popular en su lucha por defender la dignidad y los derechos de los obreros, los indígenas, los campesinos, las mujeres, los niños,.
Los vientos del clericalismo, el autoritarismo, el individualismo han consumido en gran medida este proyecto; por cansancio y para no sufrir represiones, algunos de los nuestros se han pasado al lado del poder. Los que todavía pensamos en el Reino, estamos desanimados, desilusionados, frustrados, tristes, amargados y viviendo cada uno su dolor, hemos dejado de reunirnos y planear. Seguimos analizando la realidad, pero no encontramos soluciones; el movimiento bíblico y la gente comprometida con el Reino del Padre es una especie en extinción.
El evangelio de Lucas nos cuenta el episodio de dos discípulos que abandonan la causa del Reino, se separan de la comunidad y van por el camino manifestando su tristeza, desconsuelo, desilusión y desesperanza. En este el relato podemos constatar la estructura de una celebración de la Cena del Señor (Eucaristía)
• Proclamación de la Palabra (lectura de la biblia con su homilía)
• Fracción del pan
• Acción comunitaria.
Lucas construye su relato con el Método VER-JUZGAR-ACTUAR:
Jesús se interesa por la vida de los que caminan y van manifestando su tristeza, su desconsuelo, su desilusión y su desesperanza y los ayuda a buscar las causas.
Jesús hace una interpretación bíblica que
• Ilumina los acontecimientos y que
• Entusiasma a los caminantes y que
• Los mueve a repetir el actuar del Maestro, compartiendo con el desconocido Jesús, el hogar y el pan.
Cuando caen en la cuenta de que es Jesús quien camina con ellos y parte el pan, dejan de mirar el pasado con nostalgia y corren a reincorporarse a la comunidad para dar la Buena Noticia.
Jesús resucitado camina a nuestro lado.
Es tiempo de curar nuestras heridas, de dejar atrás nuestro desánimo, nuestra desilusión, nuestra frustración, nuestra tristeza, y nuestra amargura.
Reconstruyamos la comunidad, busquemos a los que quedan de los que luchamos por una nueva manera de ser Iglesia, pueblo de Dios, con participación de todos.
Revivamos la opción por los pobres acercándonos a las víctimas de la violencia y el crimen organizado.
Recuperemos la coordinación, las reuniones de análisis y planeación
Volvamos a leer a los teólogos que siguen manteniendo la esperanza: Los libros de José María Castillo S. J. los de José Antonio Pagola, los de José María Vigil y las publicaciones semanales de Pagola.
Hay un dossier editado por los servicios koinonia que se llama “Renacer de una esperanza” en torno a la conferencia de Aparecida. (Si alguien tiene interés, yo lo puedo compartir en correo electrónico)
Reimpulsemos las comunidades eclesiales de Base y acerquémonos al movimiento popular para la defensa de la dignidad y de los derechos humanos de los más pobres. Sigamos leyendo la realidad con ojos de esperanza
El 29 de Abril a las 9:00 hay encuentro diocesano de CEBs. en San Francisco Xavier de 9:00 a 2:00 p. m.
CCR
Los vientos del clericalismo, el autoritarismo, el individualismo han consumido en gran medida este proyecto; por cansancio y para no sufrir represiones, algunos de los nuestros se han pasado al lado del poder. Los que todavía pensamos en el Reino, estamos desanimados, desilusionados, frustrados, tristes, amargados y viviendo cada uno su dolor, hemos dejado de reunirnos y planear. Seguimos analizando la realidad, pero no encontramos soluciones; el movimiento bíblico y la gente comprometida con el Reino del Padre es una especie en extinción.
El evangelio de Lucas nos cuenta el episodio de dos discípulos que abandonan la causa del Reino, se separan de la comunidad y van por el camino manifestando su tristeza, desconsuelo, desilusión y desesperanza. En este el relato podemos constatar la estructura de una celebración de la Cena del Señor (Eucaristía)
• Proclamación de la Palabra (lectura de la biblia con su homilía)
• Fracción del pan
• Acción comunitaria.
Lucas construye su relato con el Método VER-JUZGAR-ACTUAR:
Jesús se interesa por la vida de los que caminan y van manifestando su tristeza, su desconsuelo, su desilusión y su desesperanza y los ayuda a buscar las causas.
Jesús hace una interpretación bíblica que
• Ilumina los acontecimientos y que
• Entusiasma a los caminantes y que
• Los mueve a repetir el actuar del Maestro, compartiendo con el desconocido Jesús, el hogar y el pan.
Cuando caen en la cuenta de que es Jesús quien camina con ellos y parte el pan, dejan de mirar el pasado con nostalgia y corren a reincorporarse a la comunidad para dar la Buena Noticia.
Jesús resucitado camina a nuestro lado.
Es tiempo de curar nuestras heridas, de dejar atrás nuestro desánimo, nuestra desilusión, nuestra frustración, nuestra tristeza, y nuestra amargura.
Reconstruyamos la comunidad, busquemos a los que quedan de los que luchamos por una nueva manera de ser Iglesia, pueblo de Dios, con participación de todos.
Revivamos la opción por los pobres acercándonos a las víctimas de la violencia y el crimen organizado.
Recuperemos la coordinación, las reuniones de análisis y planeación
Volvamos a leer a los teólogos que siguen manteniendo la esperanza: Los libros de José María Castillo S. J. los de José Antonio Pagola, los de José María Vigil y las publicaciones semanales de Pagola.
Hay un dossier editado por los servicios koinonia que se llama “Renacer de una esperanza” en torno a la conferencia de Aparecida. (Si alguien tiene interés, yo lo puedo compartir en correo electrónico)
Reimpulsemos las comunidades eclesiales de Base y acerquémonos al movimiento popular para la defensa de la dignidad y de los derechos humanos de los más pobres. Sigamos leyendo la realidad con ojos de esperanza
El 29 de Abril a las 9:00 hay encuentro diocesano de CEBs. en San Francisco Xavier de 9:00 a 2:00 p. m.
CCR
jueves, 19 de abril de 2012
Claves para leer el Apocalipsis
Mucha
gente no lee el Apocalipsis porque no le entiende y muchos otros porque les da
miedo la cantidad de monstruos que aparecen en él.
Hay
dos formas de hablar: una la que suele usar la gente que tiene estudios y que
exige el uso de la inteligencia y otra la forma en que habla el pueblo que se
expresa utilizando mucho la imaginación valiéndose de comparaciones y símbolos.
Podríamos
decir entonces que el libro del Apocalipsis es como un libro de monitos que nos
va hablar más con imágenes que con las ideas directas. Por lo tanto hay que
descifrar las imágenes.
El
Apocalipsis fue escrito por el año 95 en un ambiente en que las pequeñas
comunidades de seguidores de Jesucristo eran perseguidas por el poder total del
imperio romano.
El
imperio romano rendía culto a muchos dioses y también al emperador y así se
legitimaba una sociedad de desigualdades y de esclavitud.
Los
seguidores de Jesús proclaman que hay un solo Dios Padre y que hay un solo
Salvador, Jesús: que todos somos hermanos y que Dios está en contra de una
sociedad idólatra y de desigualdades.
Apocalipsis
significa Revelación o sea quiere
quitar el velo que impide a los seguidores de Jesús ver que en el rigor de la
persecución, Jesús resucitado está en medio de ellos.
Los
intelectuales no dan mucha importancia a las imágenes y por lo mismo no logran
entender lo que el autor quiere comunicar, mientras que el pueblo descifra muy
bien el mensaje pues está acostumbrado a las imágenes
He
visto a niños que no saben leer y que me explican una historieta de
caricaturas. Con el Apocalipsis sucede algo semejante
La
imagen que nos daría el sentido básico del Apocalipsis sería la de la mujer y el dragón, que representa la
lucha entre el bien y el mal y en el caso concreto: la lucha de las pequeñas
comunidades cristianas contra el imperio romano devorador.
Las
imágenes feas representan la amenaza que están viviendo las pequeñas
comunidades.
Las
imágenes bonitas representan la forma en que el autor fortalece la esperanza de
los seguidores de Jesús, la forma en que comunica consuelo y alegría en medio
de la lucha.
El
enemigo de la comunidad, el imperio, no descifra las imágenes porque no las
entiende y de esta manera el que escribe y sus lectores no sufren represalia
por esto que dicen.
Las
imágenes son comprendidas por las pequeñas comunidades porque forman parte de
su lenguaje diario.
El
Apocalipsis nos habla del pasado, pero no para que nos quedemos soñando, sino
para que nos esforcemos por convertir en realidad ese sueño.
Comprender
el Apocalipsis requiere una actitud contemplativa pues sólo mirando a fondo se
percibe el rostro de Jesús Resucitado en medio de la tormenta de la persecución.
Comprender
el Apocalipsis requiere apropiarnos del lenguaje del pueblo, descifrar las
imágenes, comparaciones y símbolos.
Comprender el Apocalipsis requiere tomar conciencia de las dificultades y problemas, críticas y persecuciones que vivimos hoy, en las pequeñas comunitades y sacar del Apocalisis luz y fuerza para continuar la misión
Iniciemos
la lectura. Se aceptan preguntas, dudas comentarios, réplicas etc.
CCR
martes, 17 de abril de 2012
Claves para leer el libro de los Hechos
El libro de los Hechos de los Apóstoles fue escrito entre los años 80 y 90 dC, posiblemente en Éfeso.
La tradición reconoce como autor del tercer Evangelio y de Hechos, a Lucas.
El período en el cual Lucas escribe se institucionalizan los diferentes modelos de Iglesia; es el período de la organización de la Iglesia. Lucas busca con su libro de Hechos reconstruir ese período que va desde la resurrección de Jesús hasta la organización de las Iglesias.
El movimiento de Jesús tiene según Hechos tres características fundamentales
• Es un movimiento animado por el Espíritu Santo,
• Es un movimiento misionero,
• Su estructura básica son las pequeñas comunidades domésticas.
El tiempo después de la Resurrección de Jesús es
• El tiempo privilegiado del Espíritu
• Es también el tiempo de un movimiento esencialmente misionero.
Este movimiento de Jesús después de su Resurrección tiene además como estructura fundamental las pequeñas comunidades domésticas.
Los momentos decisivos de Hechos se realizan en estas pequeñas comunidades que se reúnen en las casas:
• La primera comunidad apostólica se reúne en una casa (1,12-14) y es en esa casa que se vive Pentecostés (2,1-4);
• La comunidad ideal después de Pentecostés tiene su centro en las casas, donde se celebra la Eucaristía (2,42-47);
• Es la pequeña comunidad la que permite resistir la persecución (4,23-31);
• La diakonía se organiza en las casas (6,1-6);
• La persecución del movimiento de Jesús es por las casas (8,3);
• La primera comunidad gentil convertida es la casa de Cornelio (10,1-48);
• Existe una comunidad que se reúne en la casa de María, la madre de Juan Marcos (12,12-17);
• Pablo funda pequeñas comunidades en las casas: en Filipo (16,11-40), en Tesalónica (17,1-9) y en Corintio (18,1-11);
• En una casa en Tróade la comunidad vive la experiencia de la Palabra, de la Eucaristía y de la Resurrección (20,7-12);
• En Cesarea encontramos una comunidad de mujeres profetas (21,8-14);
* Pablo llega en Jerusalén a la casa-comunidad de Nasón (21,17-20) y
• La última comunidad de Pablo en Roma es en una casa (28,30-31).
La formación de pequeñas comunidades es lo que permite que la Palabra se haga presente en las ciudades y en las culturas.
La pequeña comunidad es el lugar donde se mantiene viva la enseñanza de los apóstoles (la memoria de Jesús) y donde se vive la koinonía (tenían todo en común), la diakonía (no había pobres entre ellos) y la Eucaristía (Hch 2,42-47).
El aporte de Lucas es justamente la reconstrucción del movimiento de Jesús después de la resurrección, como un movimiento del Espíritu, un movimiento misionero, organizado en pequeñas comunidades.
El libro de Hechos construye así a partir de la tradición una perspectiva específica, una metodología, un espíritu, un modelo o paradigma, para institucionalizar la Iglesia de su tiempo.
CCR
El período en el cual Lucas escribe se institucionalizan los diferentes modelos de Iglesia; es el período de la organización de la Iglesia. Lucas busca con su libro de Hechos reconstruir ese período que va desde la resurrección de Jesús hasta la organización de las Iglesias.
El movimiento de Jesús tiene según Hechos tres características fundamentales
• Es un movimiento animado por el Espíritu Santo,
• Es un movimiento misionero,
• Su estructura básica son las pequeñas comunidades domésticas.
El tiempo después de la Resurrección de Jesús es
• El tiempo privilegiado del Espíritu
• Es también el tiempo de un movimiento esencialmente misionero.
Este movimiento de Jesús después de su Resurrección tiene además como estructura fundamental las pequeñas comunidades domésticas.
Los momentos decisivos de Hechos se realizan en estas pequeñas comunidades que se reúnen en las casas:
• La primera comunidad apostólica se reúne en una casa (1,12-14) y es en esa casa que se vive Pentecostés (2,1-4);
• La comunidad ideal después de Pentecostés tiene su centro en las casas, donde se celebra la Eucaristía (2,42-47);
• Es la pequeña comunidad la que permite resistir la persecución (4,23-31);
• La diakonía se organiza en las casas (6,1-6);
• La persecución del movimiento de Jesús es por las casas (8,3);
• La primera comunidad gentil convertida es la casa de Cornelio (10,1-48);
• Existe una comunidad que se reúne en la casa de María, la madre de Juan Marcos (12,12-17);
• Pablo funda pequeñas comunidades en las casas: en Filipo (16,11-40), en Tesalónica (17,1-9) y en Corintio (18,1-11);
• En una casa en Tróade la comunidad vive la experiencia de la Palabra, de la Eucaristía y de la Resurrección (20,7-12);
• En Cesarea encontramos una comunidad de mujeres profetas (21,8-14);
* Pablo llega en Jerusalén a la casa-comunidad de Nasón (21,17-20) y
• La última comunidad de Pablo en Roma es en una casa (28,30-31).
La formación de pequeñas comunidades es lo que permite que la Palabra se haga presente en las ciudades y en las culturas.
La pequeña comunidad es el lugar donde se mantiene viva la enseñanza de los apóstoles (la memoria de Jesús) y donde se vive la koinonía (tenían todo en común), la diakonía (no había pobres entre ellos) y la Eucaristía (Hch 2,42-47).
El aporte de Lucas es justamente la reconstrucción del movimiento de Jesús después de la resurrección, como un movimiento del Espíritu, un movimiento misionero, organizado en pequeñas comunidades.
El libro de Hechos construye así a partir de la tradición una perspectiva específica, una metodología, un espíritu, un modelo o paradigma, para institucionalizar la Iglesia de su tiempo.
CCR
sábado, 14 de abril de 2012
Rompamos las paredes, venzamos el miedo, Sigamos llevando la Buena Noticia
En nuestros días la misión de anunciar y hacer presente el Reino de Dios como Buena Noticia para los pobres, se encuentra estancada.
Una clara manifestación de esto son las víctimas de la situación actual que viven sin acompañamiento de los creyentes en Jesús Nos encerramos, tenemos miedo porque no se nos enseñó a participar en la misión, por nuestra falta de preparación y por nuestros complejos de inferioridad o de culpa. Y esto a pesar de que en el culto proclamamos y celebramos que Jesús ha resucitado y está vivo y presente entre nosotros
También los discípulos de Jesús para quienes se escribió el Evangelio de Juan, tenían miedo, estaban encerrados y estaban abandonando la misión de Jesús. Tenían miedo pues los perseguían los jefes de la religión judía porque proclamaban que la salvación viene por Jesús y no por la observancia de la Ley. Los perseguía el imperio romano, pues, a pesar de ser pequeñas comunidades, denunciaban la idolatría que llegaba hasta rendir adoración al emperador, y quitaban legitimidad a las enormes desigualdades sociales.
Antes los discípulos encerrados y llenos de miedo se hace presente Jesús y les saluda con el saludo de paz, que desea para ellos la abundancia de los dones de Dios y esto los llena de alegría. Jesús se identifica mostrándoles las manos y los pies, con lo que señala que El está presente en aquellos que son perseguidos y crucificados por la Buena Nueva del Reino. Les entrega ahora la tarea de continuar la misión que el mismo Jesús recibió del Padre, sopla sobre ellos y les da el don del Espíritu Santo.
Tenemos que vencer el miedo, tenemos que romper las paredes que nos encierran, tenemos que continuar la tarea del Reino: Ser hoy, aquí, portadores de consuelo y esperanza. Necesitamos conocer a las personas más cercanas que necesitan de nuestro consuelo y esperanza, tenemos que acercarnos a nuestros vecinos, tenemos que reunirnos para hacer oración de modo que nos abramos a la fuerza del Espíritu Santo. La unión es don del Espíritu Santo y es la unión, la que hace la fuerza Propongamos diferentes de formas de reunión que nos hagan fuertes para continuar la causa del Reino, para llevar consuelo y esperanza a los que más lo necesitan empezando por los más cercanos. CCR
sábado, 7 de abril de 2012
Con Jesús resucitemos a una vida nueva
En nuestro mundo, marcado por un sistema que privilegia la ganancia, la eficiencia y la productividad que produce injusticia y desigualdad vemos enormes señales de muerte:
• Enorme cantidad de personas que mueren de hambre
• Muchos que mueren a causa de enfermedades curables
• Los migrantes que son obligados a abandonar sus países en busca de una vida mejor
• Todas las víctimas de la violencia e inseguridad pública
También en la Iglesia vemos señales de muerte:
• El clericalismo que centra la acción evangelizadora en la persona de los ministros y reduce o anula la acción de los demás bautizados
• Por esto mismo una Iglesia que pone más acento en el culto que en la catequesis y en la práctica de la justicia y la caridad.
• El autoritarismo que oprime y aplasta
• El vivir la fe de forma individualista con descuido de lo social y comunitario. • Las divisiones, pleitos y competencia entre los distintos actores de la Iglesia.
Hemos olvidado o descuidado la enseñanza del Vaticano II que afirma que la Iglesia es el pueblo de Dios, comunidad que escucha la palabra, que la celebra y la vive
La liturgia de este día nos recuerda
Que Dios es el creador de toda vida, que Dios quiere la vida en abundancia para todos
Que Dios nos reúne de nuevo, nos da un corazón de carne, capaz de vivir la compasión y la misericordia, que El nos limpia rociándonos con agua y nos un corazón puro.
Que Dios nos saca de la esclavitud y nos conduce a construir una sociedad de libertad y justicia.
Las mujeres buscan el cuerpo de Jesús para embalsamarlo, pero sólo encuentran la buena Noticia: “No se espanten: Buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado. No está aquí; ha resucitado. Miren el sitio donde lo habían puesto. Ahora vayan a decirles a sus discípulos y a Pedro: ‘El irá delante de ustedes a Galilea. Allá lo verán, como él les dijo’ ”.
Los que fuimos bautizados y los que lo serán en la vigilia pascual, por el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, para que, así como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros llevemos una vida nueva.
Resucitar con Jesús significa
• Pasar del clericalismo a la participación de todos en la actividad del movimiento de Jesús, y un esfuerzo permanente por conocer su persona y su proyecto para hoy.
Llevar a todos, con nuestros hechos y palabras la Buena Noticia de que Jesús está vivo y de que va delante de nosotros en la lucha por construir el Reinado de Dios.
• Llegar al culto después de haber conocido y meditado la palabra de Dios y pasar del culto a la práctica de la justicia y la paz y a la lucha por hacerlas realidad.
• Pasar del autoritarismo a la escucha, al diálogo y la colaboración.
• Pasar a vivir nuestra fe con la comunidad y no en forma individualista: Leer juntos la Palabra, hacer juntos la oración y luchar juntos para construir la justicia y la paz
• Hacer un esfuerzo permanente por superar nuestras antipatías y divisiones para juntos construir el Reinado de Dios
• Hacer nuestras las tristezas de nuestro mundo: El hambre, la salud, la migración forzada, la violencia y la inseguridad pública Busquemos cada uno los espacios y oportunidades para irnos haciendo, para continuar el movimiento de Jesús. El Reinado de la justicia y la paz Felices pascuas de Resurrección CCR
• Enorme cantidad de personas que mueren de hambre
• Muchos que mueren a causa de enfermedades curables
• Los migrantes que son obligados a abandonar sus países en busca de una vida mejor
• Todas las víctimas de la violencia e inseguridad pública
También en la Iglesia vemos señales de muerte:
• El clericalismo que centra la acción evangelizadora en la persona de los ministros y reduce o anula la acción de los demás bautizados
• Por esto mismo una Iglesia que pone más acento en el culto que en la catequesis y en la práctica de la justicia y la caridad.
• El autoritarismo que oprime y aplasta
• El vivir la fe de forma individualista con descuido de lo social y comunitario. • Las divisiones, pleitos y competencia entre los distintos actores de la Iglesia.
Hemos olvidado o descuidado la enseñanza del Vaticano II que afirma que la Iglesia es el pueblo de Dios, comunidad que escucha la palabra, que la celebra y la vive
La liturgia de este día nos recuerda
Que Dios es el creador de toda vida, que Dios quiere la vida en abundancia para todos
Que Dios nos reúne de nuevo, nos da un corazón de carne, capaz de vivir la compasión y la misericordia, que El nos limpia rociándonos con agua y nos un corazón puro.
Que Dios nos saca de la esclavitud y nos conduce a construir una sociedad de libertad y justicia.
Las mujeres buscan el cuerpo de Jesús para embalsamarlo, pero sólo encuentran la buena Noticia: “No se espanten: Buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado. No está aquí; ha resucitado. Miren el sitio donde lo habían puesto. Ahora vayan a decirles a sus discípulos y a Pedro: ‘El irá delante de ustedes a Galilea. Allá lo verán, como él les dijo’ ”.
Los que fuimos bautizados y los que lo serán en la vigilia pascual, por el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, para que, así como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros llevemos una vida nueva.
Resucitar con Jesús significa
• Pasar del clericalismo a la participación de todos en la actividad del movimiento de Jesús, y un esfuerzo permanente por conocer su persona y su proyecto para hoy.
Llevar a todos, con nuestros hechos y palabras la Buena Noticia de que Jesús está vivo y de que va delante de nosotros en la lucha por construir el Reinado de Dios.
• Llegar al culto después de haber conocido y meditado la palabra de Dios y pasar del culto a la práctica de la justicia y la paz y a la lucha por hacerlas realidad.
• Pasar del autoritarismo a la escucha, al diálogo y la colaboración.
• Pasar a vivir nuestra fe con la comunidad y no en forma individualista: Leer juntos la Palabra, hacer juntos la oración y luchar juntos para construir la justicia y la paz
• Hacer un esfuerzo permanente por superar nuestras antipatías y divisiones para juntos construir el Reinado de Dios
• Hacer nuestras las tristezas de nuestro mundo: El hambre, la salud, la migración forzada, la violencia y la inseguridad pública Busquemos cada uno los espacios y oportunidades para irnos haciendo, para continuar el movimiento de Jesús. El Reinado de la justicia y la paz Felices pascuas de Resurrección CCR
jueves, 5 de abril de 2012
Viernes
Santo
Nuestras celebraciones de este día
fijan la mirada en el Calvario en el que contemplamos el dolor del Crucificado.
Nos llama mucho la atención el
dolor y la sangre derramada, pero casi siempre nos quedamos mirando hacia el
pasado y no nos atrevemos a mirar a los crucificados de hoy.
La globalización hace emerger, en
nuestros pueblos, nuevos rostros de pobres, de nuevos crucificados, víctimas
con Jesús de un sistema que oprime y que destruye la vida y la persona.
En este viernes Santo con especial
atención fijamos nuestra mirada en los migrantes, las víctimas de la violencia,
las víctimas del tráfico de personas, las víctimas de los secuestros, los desaparecidos
y las familias de todos ellos.
En ellos se refleja el rostro sufriente de Jesús de
Nazaret.
Contemplamos hoy a Jesús en la
Cruz, pero tenemos que entender:
La crucifixión era la máxima pena
que imponía el imperio. La cruz era un castigo tan denigrante que no se podía
aplicar a quienes fueran ciudadanos romanos.
Solamente eran crucificados los
enemigos del imperio, los presos políticos y los rebeldes capturados en guerra.
Jesús muere al estilo de los
sediciosos y revoltosos, identificado con ellos.
El testimonio de Jesús hizo
comprender a los discípulos que el camino de la cruz era, una manera radical de
optar por la justicia y la paz y era el camino de oprobio y maldición.
La cruz obligó a los discípulos a
cambiar de mentalidad y a ponerse de lado de todos los que así morían.
Ellos proponían como salvador de
la Humanidad a un hombre que murió proscrito por la ley, pues su predicación
anunciaba al "Dios crucificado".
María participó de la misma suerte
de su hijo. El camino al Calvario exigió de ella y de todo el grupo de mujeres
que seguían al Nazareno, la máxima resistencia ante el dolor y la humillación.
La presencia de María en el camino
al calvario es consecuencia de un
seguimiento valiente y decidido. María se hizo partícipe de la actividad
misionera de su hijo.
De María de Nazaret no sólo
debemos tener una figura idealizada; debemos recuperar la imagen que de ella
nos ofrece el evangelio.
El Nuevo Testamento nos muestra a
María como una mujer que crece en amor y fidelidad al reino de Dios.
Su voz se alza como una exigencia
de justicia en medio de una situación en la que se ha perdido el sentido del
respeto a la vida.
Hoy, María nos invita a
comprometernos decididamente con la propuesta de Dios. Ella no dudó en dar una
respuesta generosa a la oferta de Dios.
Las realidades cotidianas nos
exigen una actitud diferente ante la realidad. No podemos dejarnos envolver
únicamente por problemas ínfimos olvidando la situación de nuestra comunidad local.
Tenemos que contemplar a Jesús en
los migrantes, las víctimas de la violencia, víctimas del tráfico de personas y
secuestros y desaparecidos y las familias de todos ellos.
Pero la verdadera compasión de
Jesús nos tiene que llevar a defender a las víctimas y a combatir las causas
que generan estas situaciones. Para ello tendremos que actuar en forma
organizada y en alianza con todos aquellos que persiguen objetivos similares
Al igual que María debemos estar
atentos a la voz que Dios nos dirige en las situaciones que exigen nuestra
solidaridad.
Nuestra devoción mariana debe
crecer en la práctica de la justicia.
¿En qué comunidad o grupo nos vamos a integrar para
hacer llegar la compasión de Jesús a todas estas víctimas?
Busquemos caminos, formas
de organización, unámonos a los que ya están luchando.
CCR
miércoles, 4 de abril de 2012
Jueves Santo
Muchas veces cuando celebramos la Cena del Señor, realizamos meramente un acto ritual que poco o nada compromete nuestra vida en el seguimiento de Jesucristo.
Por diferentes motivos, muchas personas son excluídas de participar en la Cena del Señor, de tomar el Cuerpo de Jesús, a pesar de que Jesús hace la invitación “Tomen y coman todos de él”
Los pobres, los desamparados, no están presentes en nuestras celebraciones, ni se resalta la preocupación de Jesús y de nosotros por ellos.
En la vida diaria los sacerdotes formamos una casta de varones privilegiados, con frecuencia, distantes de la vida del pueblo y de sus angustias.
Hoy celebramos de modo particular la institución de esta Cena y lo hacemos con gran solemnidad, abundancia de flores y arreglos exteriores con tinte especial.
Celebramos hoy, Jueves Santo, la institución de esa Cena, pero es importante que recuperemos su sentido original: Hablamos de la institución de la Eucaristía, del Ministerio de los Presbíteros y del mandamiento del amor.
Tenemos unas claves para entender el significado que Jesús quiso dar a esto: El contexto en el que se celebra la última Cena y las palabras de Jesús pronunciadas en la Cena.
1. Jesús celebró la pascua judía y esta pascua era conmemorativa de la liberación de la esclavitud en Egipto, y renovaba la Alianza (compromiso) con Dios y con los del pueblo para seguir luchando por conservar una sociedad de libertad y de justicia.
2. Hablamos de la Última Cena y por lo mismo de una más de las cenas de Jesús, que están marcadas por el compartir, compartidas con frecuencia con personas no gratas al sistema, y abiertas a todo tipo de personas sin distinción por motivos de género, religión, condición social o moral.
3. Jesús comió la cena de pascua la noche en que iba a ser entregado, después de su servicio a la causa del Reinado de Dios: De esta manera La Última Cena aparece como el testamento del Jesús
4. En la primera carta a los corintios al dar a beber el cáliz, Jesús dice: “Hagan esto acordándose de mí”
5. El evangelio de San Juan, por su parte nos dice: “Les he dado ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo hice con ustedes”
6. El relato que aparece en la primera carta a los corintios quiere corregir una serie de abusos que se cometían en esa comunidad en el acto de celebrar la Cena del Señor. Estos consistían en: • Las divisiones existentes al interior de la comunidad • En el hecho de que unos, pasan hambre, mientras otros están borrachos, y • El avergonzar a los que no tienen nada.
Celebrar el Jueves Santo significa, por tanto, recordar la Muerte y Resurrección de Jesús y comprometernos con Jesús y con todos los que nos decimos sus discípulos, a proseguir la lucha por el Reinado de Dios, por el amor, la verdad, la justicia y la paz.
Significa seguir el ejemplo de Jesús de servir incondicionalmente a los más débiles y desamparados. Los ministros tenemos que ser personas con profundo amor a Jesucristo, que, con El, y como El, queremos proseguir la causa del Reinado de Dios.
Tenemos que luchar para que nuestra Eucaristías vayan recuperando el significado que Jesús les confirió que siempre refuercen el compromiso de Jesús con los desposeídos.
Tenemos que luchar para que en nuestras Eucaristías se dé realmente la participación de todos y en verdad incluyan a todos. Diseñemos un proceso para realizar los cambios necesarios ¿Por dónde podremos empezar? ¿Cuáles serán los primeros pasos?
CCR
Por diferentes motivos, muchas personas son excluídas de participar en la Cena del Señor, de tomar el Cuerpo de Jesús, a pesar de que Jesús hace la invitación “Tomen y coman todos de él”
Los pobres, los desamparados, no están presentes en nuestras celebraciones, ni se resalta la preocupación de Jesús y de nosotros por ellos.
En la vida diaria los sacerdotes formamos una casta de varones privilegiados, con frecuencia, distantes de la vida del pueblo y de sus angustias.
Hoy celebramos de modo particular la institución de esta Cena y lo hacemos con gran solemnidad, abundancia de flores y arreglos exteriores con tinte especial.
Celebramos hoy, Jueves Santo, la institución de esa Cena, pero es importante que recuperemos su sentido original: Hablamos de la institución de la Eucaristía, del Ministerio de los Presbíteros y del mandamiento del amor.
Tenemos unas claves para entender el significado que Jesús quiso dar a esto: El contexto en el que se celebra la última Cena y las palabras de Jesús pronunciadas en la Cena.
1. Jesús celebró la pascua judía y esta pascua era conmemorativa de la liberación de la esclavitud en Egipto, y renovaba la Alianza (compromiso) con Dios y con los del pueblo para seguir luchando por conservar una sociedad de libertad y de justicia.
2. Hablamos de la Última Cena y por lo mismo de una más de las cenas de Jesús, que están marcadas por el compartir, compartidas con frecuencia con personas no gratas al sistema, y abiertas a todo tipo de personas sin distinción por motivos de género, religión, condición social o moral.
3. Jesús comió la cena de pascua la noche en que iba a ser entregado, después de su servicio a la causa del Reinado de Dios: De esta manera La Última Cena aparece como el testamento del Jesús
4. En la primera carta a los corintios al dar a beber el cáliz, Jesús dice: “Hagan esto acordándose de mí”
5. El evangelio de San Juan, por su parte nos dice: “Les he dado ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo hice con ustedes”
6. El relato que aparece en la primera carta a los corintios quiere corregir una serie de abusos que se cometían en esa comunidad en el acto de celebrar la Cena del Señor. Estos consistían en: • Las divisiones existentes al interior de la comunidad • En el hecho de que unos, pasan hambre, mientras otros están borrachos, y • El avergonzar a los que no tienen nada.
Celebrar el Jueves Santo significa, por tanto, recordar la Muerte y Resurrección de Jesús y comprometernos con Jesús y con todos los que nos decimos sus discípulos, a proseguir la lucha por el Reinado de Dios, por el amor, la verdad, la justicia y la paz.
Significa seguir el ejemplo de Jesús de servir incondicionalmente a los más débiles y desamparados. Los ministros tenemos que ser personas con profundo amor a Jesucristo, que, con El, y como El, queremos proseguir la causa del Reinado de Dios.
Tenemos que luchar para que nuestra Eucaristías vayan recuperando el significado que Jesús les confirió que siempre refuercen el compromiso de Jesús con los desposeídos.
Tenemos que luchar para que en nuestras Eucaristías se dé realmente la participación de todos y en verdad incluyan a todos. Diseñemos un proceso para realizar los cambios necesarios ¿Por dónde podremos empezar? ¿Cuáles serán los primeros pasos?
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