Inicio del camino
hacia una vida nueva
Para muchos cristianos la
imposición de la Ceniza es un signo indispensable de la vida cristiana, es algo
que hay que cumplir. Poco importa que no entendamos el significado o que no lo
hagamos en un ambiente de oración.
Separamos la imposición de la
Ceniza del resto de nuestra vida, poco nos importa lo que hagan, lo que digan o
lo que sufran los demás. Practicamos la imposición de la Ceniza como una meta
que no conduce más allá.
Nos falta unidad de unas
acciones de nuestra vida cristiana con las demás, nos falta unidad de unos
creyentes con otros, nos falta darle un rumbo a nuestra vida, tener un objetivo
que nos proponemos alcanzar.
El Miércoles de Ceniza es el comienzo
de la Cuaresma y la Cuaresma es un
camino que nos conduce a la Pascua, pasando de la esclavitud a la libertad, de
la muerte a la vida, del individualismo a la comunidad, del aislamiento a la
unidad, de la desorganización a la organización.
Como la Cuaresma es el comienzo
de un camino necesitamos que tener claro a dónde vamos: una vida nueva, una vida de
libertad, una vida comunitaria, junto con los demás, una vida organizada
uniendo ideales y acciones.
Tenemos entonces que cambiar:
Tenemos que convertir en cenizas nuestro afán de oprimir y de aplastar a los
demás, nuestro aislamiento, nuestro pensar sólo en nosotros mismos, nuestra desorganización.
El bien común de la sociedad,
la seguridad pública, la paz de nuestro pueblo, la lucha contra el crimen
organizado, la defensa de los derechos humanos son campos en los que tenemos oportunidad
de mostrar nuestro deseo de cambiar.
¿Qué
podemos hacer? ¿Qué acciones se nos ocurren? ¿Cómo podemos irnos organizando
Hacia
una vida nueva
CCR
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