Preparemos el camino, enderecemos muestras vidas
Nuestra sociedad regiomontana
se prepara a la Navidad con una serie de celebraciones en las que abunda la
comida y la bebida, y en las se da el
derroche en el vestir y en los regalos, y
en contrapartida vemos a los migrantes y los niños de la calle.
Las Iglesias realizan
cultos magníficos, pero los hechos poco respaldan lo que se celebra y poco muestran
la opción por los pobres que sintoniza con el proyecto de justicia y de paz.
Para el pueblo judío
el rey David era el modelo del rey y por eso cuando los reyes fallaban se anhelaba
un nuevo rey a la manera de David que defendió al pueblo y no lo explotó
El profeta Isaías nos
habla hoy de un descendiente de Jesé (Padre del rey David) sobre el que estará
el espíritu del Señor que se caracteriza como espíritu de sabiduría
e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de piedad y temor de
Dios.
Esto se aplica de
manera plena al Mesías que esperamos y afirma: No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas; defenderá con
justicia al desamparado y con equidad dará sentencia al pobre,
Será la justicia su ceñidor, la fidelidad apretará su
cintura. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se echará con el cabrito,
el novillo y el león pacerán juntos y un muchachito los apacentará: esto manifiesta
tiempos de gran paz.
El texto del
Evangelio de Mateo que leemos hoy nos presenta a Juan el Bautizador en el
desierto. Según la tradición bíblica el desierto es el lugar, donde la horda de
esclavos fugitivos capitaneados por Moisés, se formó y se convirtió en pueblo
de “Isra El”.
Juan anuncia que
detrás de él viene uno con mayor autoridad, el que bautizará con el Espíritu
Santo: Juan invita a preparar el camino y a enderezar las cosas chuecas.
El Bautizador denuncia
los males de la sociedad y de la religión:
Los grandes de la
sociedad viven con lujos y comen opíparamente; los hombres de la religión
observan leyes y ritos pero sus obras no muestran la justicia y la misericordia
como frutos de arrepentimiento.
Con su vida Juan,
vestido con una túnica de pelo de camello y teniendo como alimento el producto
del desierto denuncia el lujo y el derroche e invita a una vida de austeridad.
Con su palabra
agresiva enfrenta a los fariseos y a los saduceos, representantes oficiales de
la religión y los llama “Raza de víboras” invitándolos a mostrar con hechos su
arrepentimiento
Esperar al que tiene
el Espíritu del Señor implica para nosotros compartir su ideal de Justicia y de
paz luchando para que esta justicia y esta paz se hagan realidad en nuestro
tiempo y en nuestro lugar.
Esperar al que
bautiza con el Espíritu Santo implica para nosotros luchar para que nuestra
sociedad y nuestras Iglesias se conviertan en instrumento para una sociedad
igualitaria, donde a nadie le falte lo necesario para comer y para abrigarse.
Esperar al que
bautiza con el Espíritu Santo implica para nosotros vivir con la austeridad del
Bautizador, vistiendo y comiendo para satisfacer nuestras necesidades y no para
el lujo y la gula.
Esperar al que
bautiza con el Espíritu Santo implica para nosotros tener actitudes solidarias
de modo particular hacia los que necesitan techo, vestido y alimento
Diciembre 03 2016
Cosme Carlos Ríos
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