Con las distintas
formas que tenemos de entender a Jesucristo el Maestro, vamos definiendo el
estilo de vida de los discípulos
En el párrafo
anterior al texto de Zacarías que leemos hoy, encontramos la afirmación de que todos
reconocerán que Jerusalén ha cobrado su fuerza a causa de su Dios.
En el texto que
leemos hoy, se nos describe la efusión del Espíritu sobre la dinastía de David
y los vecinos de Jerusalén. Ese espíritu será de gracia y de súplica, que les
permitirá mirar con dolor al traspasado.
El evangelio de Juan
aplicará esta expresión a Jesús crucificado.
La palabra MESIAS en hebreo significa
ungido; la palabra griega correspondientes es la de cristós. Los israelitas ungían a sus reyes y,
más tarde, a sus sumos sacerdotes.
Poco a poco pasaron a
esperar a alguien, ungido de modo muy especial: al Mesías o Cristo.
En tiempos de Jesús
hay varias maneras de esperar el mesías:
Una de ellas es la de los Fariseos y los Zelotas que esperan un mesías al
estilo de David.
Los Zelotas esperan
al mesías como alguien que realice una acción
armada directa en contra de los romanos; por el contrario los Fariseos, pues
ellos coexisten pacíficamente con el poder romano.
Las comunidades de
Qumrán entienden el mesianismo en el sentido sacerdotal; mientras que pocos entienden
al Mesías como siervo de Yahvé.
En el pueblo es más
frecuente la visión que tienen los fariseos sobre el Mesías, ya que en el
pueblo es muy fuerte el influjo de los fariseos.
El texto de Lucas que
leemos hoy nos refiere que, después de una intensa jornada del ministerio de
Jesús en Galilea, Él se retira para hacer oración
A fin de evaluar los
resultados de su arduo trabajo, Jesús pregunta a sus discípulos sobre la
opinión que tiene la gente sobre Él y ellos responden que alguno de los
profetas.
Luego Jesús les
pregunta la opinión que ellos tienen sobre Jesús, a lo que Pedro responde que
Jesús es el Mesías, pero Jesús les prohíbe que lo divulguen.
Jesús corrige lo que
podría ser una visión triunfalista del Mesías y hace notar que sus seguidores
tienen que seguir el camino del siervo de Yahvé, o del siervo sufriente.
Es claro que, desde
el principio de su misión Jesús va construyendo el Reinado de Dios, con sus
hechos y con sus palabras.
Su punto de partida
es que Dios es padre de todos, que quiere un mundo de amor, de respeto, de
justicia, de libertad y e paz y esto
implica una lucha, contra la injusticia, la violencia, la desigualdad, la
mentira.
Por ello, los poderes
que oprimen, explotan y aplastan al pueblo reaccionan con la represión, la
tortura y la muerte contra los que trabajan por el proyecto del Padre.
Es por eso que el
mesianismo de Jesús debe ser comprendido en la línea del siervo de Yahvé que
aparece en texto de Isaías 52, 13-53, 12.
Esta lectura,
interpretada, además a la luz de la primera lectura, descarta por completo que
el mesianismo de Jesús sea un mesianismo triunfalista.
Ser discípulos del
Cristo comporta para nosotros, tomar conciencia, de que a la manera de Jesús, con
nuestros hechos y palabras tenemos la misión de construir el Reinado de Dios Padre.
Ser discípulos del
Cristo comporta para nosotros luchar, como Jesús, contra la injusticia, la
desigualdad, la opresión, la mentira.
Ser discípulos del
Cristo comporta para nosotros tener conciencia que el camino del Mesías y
nuestro propio camino implica el riesgo de enfrentar a los que detentan el
poder y la riqueza y asumirlo con todas sus consecuencias.
Ánimo, el Mesías va
delante de nosotros
Cosme Carlos Ríos
Junio 18 del 2016
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