La
misión consiste en anunciar el Reino de Dios
Con
mucha frecuencia los creyentes hemos reducido la misión al discurso sobre las
enseñanzas del Señor Jesús, pero sin considerar como parte de la misión la
práctica de la justicia y de la misericordia.
Hemos
reducido la acción misionera a unas cuantas personas elegidas con dotes
especiales y dejando al resto sin participación en la misión.
El
tercer Isaías nos hace ver que el templo que ahora está en ruinas, será
convertido en casa de oración para todos los pueblos, ahí se instaurará un culto genuino en un templo
universal, donde todos tengan acceso y cabida.
Se pretende derogar así el particularismo de la
antigua legislación y entronizar en la nueva comunidad un espíritu de apertura capaz de abrazar a cuantos gimen por una plena
liberación.
Esta apertura universalista, que modifica las
restricciones impuestas por la Ley, comienza a eliminar las barreras de un nacionalismo demasiado estrecho.
El texto del Evangelio de hoy constituye la parte
final del Evangelio de Mateo. El Evangelio habla muy brevemente de las apariciones de Jesús resucitado
Para la Iglesia primitiva, este hecho tan
importante y misterioso debía ser proclamado y demostrado por la actuación del
Espíritu en las comunidades cristianas.
La Iglesia que habla bien de Cristo resucitado no
es una Iglesia poderosa que dispone de buenos medios de propaganda, sino una
Iglesia resucitada.
La misión que Jesús confía a los discípulos consiste
en:
·
Seguir
haciendo discípulos (Los que aprenden a vivir a la manera de Jesús)
·
La señal
externa para ser parte de la comunidad es el Bautismo.
·
Y la práctica
de los valores del Reino, sobre todo la misericordia y la justicia será la
enseñanza perene de los seguidores del Resucitado.
Seremos en verdad Iglesia de Jesús que continúa
su misión, si más allá de anunciar al Resucitado, trabajamos en la construcción
del Reino, de la misericordia, la justicia y la paz
Seremos en verdad Iglesia de Jesús que continúa
su misión, si hacemos conciencia, con hechos y palabras de que la misión es una
tarea de todos los que nos llamamos discípulos del Resucitado y no sólo de unos
cuantos
Cosme Carlos Ríos
Octubre 18 de 2014
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