¿Crees tú esto?
Muchos
creyentes luchan contra el aborto (cosa muy plausible) pero no atacan las
causas que impulsan a la mujer a tomar esta decisión: Abandono de la pareja,
abandono de los padres y de las instituciones religiosas y civiles, incapacidad
económica, falta de una verdadera educación sexual etc.
Hay también otras
causas que conducen a la muerte como el hambre, las enfermedades por
desnutrición, los daños que ocasionan las empresas contaminantes y las que
hacen temblar el subsuelo.
Los años entre
el 587 y el 530 a. C. constituyeron una dura crisis para los grandes del pueblo
de Israel al ser deportados a Babilonia.
Ellos, al
haber perdido su tierra, al ver destruidos totalmente su templo y su ciudad
capital, se desilusionaron, perdieron el espíritu y la unidad entre ellos
mismos.
El profeta Ezequiel,
hijo del sacerdote Buzí, acompañó a los desterrados a Babilonia y fue el
primero que sostuvo la esperanza entre ellos.
En la imagen
de los huesos secos, Ezequiel refleja la situación del pueblo que será transformada
por el espíritu de Yahvé.
Yahvé les va a
infundir su espíritu y van a cobrar vida: los huesos, los nervios recuperarán
su función y se unirán para ser de nuevo el pueblo de Yahvé.
El autor o los
autores del Evangelio de Juan nos dejaron una clave para su interpretación: “Estas
señales han sido escritas para que crean
que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Crean, y tendrán vida por su Nombre.
En el relato de hoy encontramos estas expresiones que nos conectan
con el objetivo de los autores:
“Lázaro ha muerto,
pero yo me alegro por ustedes de no haber estado allí, pues así ustedes creerán”.
"Yo soy la resurrección. El que cree en mí,
aunque muera, vivirá. El que vive, el que cree en mí, no morirá para siempre.
¿Crees esto?" "Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de
Dios, el que tenía que venir al mundo.” "¿No te he dicho que si
crees verás la gloria de Dios?" "Te doy gracias, Padre, porque me has
escuchado. Yo sabía que siempre me escuchas; pero yo lo digo por esta gente,
porque así creerán que tú me has enviado.
Hoy Jesús aparece como el que es la resurrección, el que da la vida
verdadera. Jesús es el enviado del Padre.
En el evangelio de Juan la resurrección de Lázaro es la última de las
siete señales de Jesús y se presenta como una muestra de que Jesús quería mucho
a Martha, a su hermana y a Lázaro.
Para los cristianos, Jesús es el consagrado (Mesías o Cristo) y es el
enviado del Padre. Creer significa: aceptar la persona la palabra y el proyecto
de Jesús de Nazaret
El proyecto de Jesús se declara en el capítulo 10 cuando Jesús dice: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud”.
Creer que Jesús es la resurrección, la nueva vida, significa para
nosotros recuperar el espíritu para seguir luchando, unidos como pueblo, para
que todas las personas tengan vida y la tengan en plenitud.
Significa luchar para que haya apoyo, económico, moral, religioso y
social para las mujeres (especialmente jovencitas) que se ven constreñidas a
abortar.
Significa ayudarlas a tomar
conciencia de su dignidad y del valor de su propia sexualidad y las formas
correctas de evitar los embarazos.
Creer que Jesús es la resurrección, la nueva vida, significa luchar
para que se erradiquen de nuestro mundo el hambre y las enfermedades que vienen
por la desnutrición.
Creer que Jesús es la resurrección, la nueva vida, significa luchar
para que las empresas que contaminan y las que hacen temblar la tierra,
abandonen totalmente esas prácticas y las sustituyan por prácticas que respetan
la vida de las personas y del planeta
Abril 05 del 2014
Cosme Carlos Ríos
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