Con Jesús hagamos
opción por los despreciados
Muy frecuentemente los que creemos en Jesús nos sentimos los elegidos y
presumimos de nuestra manera de actuar y vemos con desprecio a las personas que
no son tan observantes como nosotros.
Por lo mismo hablamos de Dios como si Él pensara o actuara a la manera
de nosotros, y, por ello, nuestra actividad busca que los demás sean como
nosotros, y poco nos preocupamos por ser una buena noticia para las personas
que vemos con desprecio.
Recientemente ha surgido entre nosotros un proyecto de pastoral que se
llama “Pueblo de Dios en misión” que pretende que la acción pastoral se enfoque
preferencialmente a los alejados y marginados
El Helenismo es una fusión de la cultura oriental y la cultura griega.
Es una especie de globalización que impone a todo el mundo su estilo de vida. Se
hace presente durante el domino del
imperio griego
Se distingue por una mentalidad racional, en la que el ser humano, (no
Dios), es la medida de las cosas, se preocupa por lo bello; en ella son
importantes los que tienen juventud, sabiduría, riqueza y poder.
Frente a este estilo de vida, el libro del hijo de Sirac (Ecco.), desde
la sabiduría de la religión judía, propone un punto de vista alternativo
La oración del humilde atravesará las nubes, no se
consolará hasta que no sea escuchado. No se desistirá, será necesario que el
Altísimo se ocupe de él, que el Señor intervenga en favor de los justos.
El Dios de
Israel no toma partido por la belleza, la juventud, el poder y la riqueza, sino
que escucha el clamor del humilde y el abatido.
En tiempos de Jesús, los recaudadores de impuestos practicaban
sistemáticamente el pillaje y la extorsión de los campesinos.
Debido a esto, el pueblo tenía hacia estos cobradores de impuestos la
más fuerte hostilidad, por ser colaboracionistas con el poder romano. La
población los odiaba y los consideraba ladrones.
Tan desprestigiados estaban que se pensaba que ni siquiera podían
obtener el arrepentimiento de sus pecados, pues para ello tendrían que
restituir todos los bienes extorsionados, más una quinta parte, tarea
prácticamente imposible al trabajar siempre con público diferente.
El mensaje de la parábola que propone Jesús es sorprendente, pues
subvierte el orden establecido por el sistema religioso judío: hay quien, como
el fariseo, cree estar dentro, y resulta que está fuera; y hay quien se cree
excluido, y sin embargo está dentro.
Dios, justificando al pecador sin condiciones, adopta un comportamiento
diametralmente opuesto al que el fariseo le atribuía con tanta seguridad. Esta
parábola proclama, por tanto, la misericordia como valor fundamental del reino
de Dios.
Mirar como Jesús implica para nosotros tener como valor principal de
nuestra vida y acción “El Reinado de Dios”: la defensa de la dignidad y la vida
de toda persona.
Mirar como Jesús implica para nosotros abrirnos pastoral mente a los
alejados y marginados, no para hacerlos a nuestra manera, sino para llevarles
le Buena Noticia de Jesús, Salvador
CCR
Octubre 26 del 2013