Los bienes materiales al servicio de la vida
Vivimos en una
sociedad de consumo en la que los valores que dan las pautas del consumo son la
belleza, la salud, la juventud y por ello al consumir se busca el placer y el
sentirse bien consigo mismo tanto en lo físico, como en lo intelectual 0 espiritual.
Nuestra
sociedad regiomontana brilla por sus grandes obras, por la producción etc, pero
al lado de nuestras grandes obras aparecen los grandes contrastes sociales como
los barrios donde viven los carretoneros y las personas que bien en la margen de
nuestros ríos, víctimas frecuentes de los desastres naturales.
Hay mucha
gente arruinada por los préstamos, pues no siendo hábiles para la
administración, han caído en manos de usureros que los han conducido al fracaso
económico. Esto sucede en la vivienda y también en los pequeños negocios.
El profeta Amós
es natural de Tecoa a 18 kms. De Jerusalén y por tanto originario del reino del
Sur, pero actuó durante unos dos años en el reino del Norte por el año 760 a.C.
durante el reinado de Jeroboam II.
A diferencia
de los profetas anteriores que propusieron reformas importantes en el sistema
monárquico, Amós percibe que el problema está en el mismo sistema de la monarquía
opresora y no en la persona que detenta el poder.
En la lectura
de hoy arremete contra el abuso que se hace del sábado aprovechándolo para
maquinar planear una actividad comercial que despoja a los pobres, sin ninguna
misericordia,
Jesús va de
camino a Jerusalén y va dando sus instrucciones, hoy nos da su mensaje sobre el
uso que hemos de hacer de los bienes materiales.
En tiempo de
Jesús los mayordomos no tenían un sueldo pero se asignaban una comisión sobre
lo prestado, comisión que debía pagar el deudor.
En la parábola
de Jesús s del mayordomo se destaca por la astucia para
asegurar su porvenir; este hombre supo descubrir a tiempo que los amigos duran
más que el dinero.
Los hijos de la luz deben quitar al dinero su aureola de bien supremo.
Jesús nos pide que pongamos el dinero en circulación y que lo cambiemos, sin
vacilar, por algo más precioso, como son los lazos de mutuo
agradecimiento.
No somos propietarios, sino mayordomos de nuestros bienes, y los
debemos administrar para bien de todos. El dinero no es el bien verdadero, el
que nos hace justos, no se puede acumular el dinero sin faltar a la confianza
en el Padre y hacer daño al prójimo.
Vivir las enseñanzas de Jesús, hoy, implica para nosotros una lucha
para que tomemos conciencia de que los
bienes materiales han de estar al servicio de una vida digna para todos.
Vivir las enseñanzas de Jesús, hoy, implica para nosotros un esfuerzo
permanente para contrarrestar las graves desigualdades de nuestra sociedad
regiomontana
Vivir las enseñanzas de Jesús, hoy, implica para nosotros el formarnos
unos criterios claros sobre lo que consumimos y la forma en que lo hacemos
Cosme Carlos Ríos
Septiembre 21
del 2013