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sábado, 13 de abril de 2013


Jesús resucitado presente en nuestros trabajos y fracasos

En la vida de todos nosotros, con frecuencia viene el cansancio y las cosas no salen como habríamos querido. Esto nos lleva a la desilusión y perdemos la esperanza.

Ante los graves sufrimientos de nuestro pueblo, poco o nada se oye la voz de los pastores, o de los particulares, denunciando las graves injusticias de nuestro pueblo.

Hemos dejado la costumbre de nuestros mayores de compartir los alimentos con las personas que nos rodean

Estamos poniendo nuestro corazón y nuestras inquietudes en el dinero, el poder y la fama.

 

En el nombre de Jesús resucitado, sus discípulos continúan la tarea de la salud, haciendo caminar a un tullido méndigo. El sanhedrín reprime a los discípulos y Pedro responde que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.

Y denuncia proféticamente: El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús quien ustedes dieron muerte colgándolo de la cruz.

En medio de la persecución, que exige dar culto al emperador, los creyentes proclaman: “Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, el saber, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza”. “Al que está sentado en el trono y al Cordero la alabanza y el honor y la gloria y el poder  por los siglos de los siglos”

En medio de las actividades de la vida diaria, en medio de los fracasos y desilusiones de los discípulos, el Resucitado se hace presente y los anima a no darse por vencidos en la tarea y logra que obtengan un gran éxito en su trabajo.

Después del éxito obtenido Jesús invita a los pescadores a participar de su mesa.

 

No sólo en la Celebración de la Cena, no sólo en la Palabra está presente el Resucitado, Él está presente también en medio de nuestros trabajos y en medio de nuestros fracasos.

Hoy, como ayer, Jesús resucitado está presente en los que mantienen la esperanza del pueblo en que otro mundo, otra forma de vivir es posible

Hoy, como ayer, Jesús resucitado está presente en los que promueven la defensa de la vida, en los que luchan por la salud del pueblo, en los que impulsan a caminar.

Hoy, como ayer, Jesús resucitado está presente en los que, obedeciendo a Dios más que a los hombres, denuncian a los que matan de hambre o de enfermedad a tos pueblos.

Hoy, como ayer, Jesús resucitado está presente en los que denuncian la violencia y construyen la paz a pesar de las críticas y contradicciones.

Hoy, como ayer, Jesús resucitado está presente en los que defienden la dignidad y los derechos humanos, está presente en los que defienden la salud de nuestro planeta.

Hoy, como ayer, Jesús resucitado está presente en los que comparten el pan con los hermanos.

¿En qué otras partes podemos descubrir la presencia del Resucitado?

CCR

 

 

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