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sábado, 26 de mayo de 2012
Escuchar y hablar de manera comprensible Es don del Espíritu Santo
En los últimos veinte años ha crecido en gran medida el número de medios de comunicación social. Sin embargo, con mucha frecuencia, es mayor el aislamiento entre las personas de la misma familia, y también entre los vecinos, pues cada uno busca sus propios intereses y presta menos atención a los intereses comunes
El ocultamiento, las verdades a medias y la mentira forman parte de nuestra vida. Lo vemos en la familia, en los candidatos a los distintos puestos y en los Medios de Comunicación Social. Esto propicia la desinformación y va produciendo una pérdida de confianza, que hace difícil la comunicación real entre nosotros. Por lo general falta mucho espíritu crítico ante los mensajes de los Medios de Comunicación social y ante las propuestas de los distintos candidatos.
Todos reclamamos nuestro derecho a ser escuchados, pero poco estamos dispuestos a escuchar y valorar lo que piensan y dicen los demás
Celebramos hoy la fiesta de la venida del Espíritu Santo Lucas ubica la venida del Espíritu Santo en el momento en que se celebra la fiesta de Pentecostés El fondo histórico de tal celebración se basa en la fiesta judía llamada fiesta de las semanas, durante la cual se celebra el quincuagésimo día de la aparición de Dios en el monte Sinaí.
Por lo tanto, en el día de Pentecostés también se celebra la entrega de la Ley (mandamientos) al pueblo de Israel. Y con ello el nacimiento de Israel como pueblo, una vez que tiene los elementos mínimos de una constitución.
Lucas presenta la acción del Espíritu Santo como una contra Babel, pues si ahí, los hombres perdieron la capacidad de entenderse, aquí el Espíritu Santo da a los discípulos de Jesús la capacidad de comunicar el mensaje de Jesús, en forma comprensible, a personas de diferentes pueblos.
Como en el Sinaí, también aquí aparecen fenómenos naturales mediante los cuales se manifiesta la acción del Espíritu: El viento fuerte y las lenguas de fuego. El viento y el fuego nos dan una idea de la acción que realiza el Espíritu Santo.
Como el viento que alienta e impulsa, así también el Espíritu Santo nos alienta e impulsa a los discípulos de Jesús para la misión.
Como el fuego que destruye, que calienta y que ilumina, la acción del Espíritu Santo destruye nuestras dudas, temores, envidias y rencores, nos entusiasma, y nos ilumina para comprender el misterio de Jesús: su vida, su enseñanza, su proyecto.
El resultado de la acción del Espíritu Santo es que los discípulos de Jesús recibimos la capacidad de proclamar en forma comprensible para todos, las maravillas de Dios. Esto fue posible porque los discípulos tenían la disponibilidad de comunicar la Buena Nueva de Jesús y las gentes provenientes de las diferentes regiones del mundo tenían la disponibilidad de escucharla.
La luz del Espíritu Santo nos permitirá formarnos opiniones propias que, con los criterios de Jesucristo, favorezcan el bien de todos y nos permitan discernir los engaños que con frecuencia admitimos como si fueran verdad.
Seremos fieles a la acción del Espíritu Santo si escuchamos más y hablamos menos. Si reflexionamos antes de abrir la boca.
Si escuchamos de manera crítica los mensajes de los medios de comunicación y las propuestas de los candidatos.
Seremos fieles a la acción del Espíritu Santo si hablamos buscando el bien de todos y renunciando a nuestros propios intereses
Seremos fieles a la acción del Espíritu Santo si escuchamos con humildad las necesidades y propuestas de los más pequeños
Abramos nuestros oídos, agucemos nuestro entendimiento, hablemos con sensatez y cordura buscando el bien de los demás. CCR
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