A nivel mundial necesitan
buenas noticias los países, pueblos y comunidades que viven la hambruna y
mueren de enfermedades curables como Somalia y Haití. A nivel de nuestro país
los indígenas de la Sierra Tarahumara, a nivel del Estado los campesinos de los
municipios del Sur. Esto sólo a modo de ejemplo.
Estas situaciones tienen
solución, y si persisten es porque a nivel mundial padecemos una enorme falta
de sensibilidad social, porque vivimos de forma egoísta e individualista,
porque no confiamos unos en los otros; porque nos dejamos guiar en nuestra vida
y en nuestra acción por el tener y el poder. Con todo ello estamos construyendo
un mundo de injusticia y desigualdad.
Después de que regresaron del
exilio en Babilonia, los Israelitas se encerraron en un profundo nacionalismo
que los hacía sentirse el único pueblo amado por Dios: Así se entiende Jonás en
la preciosa novela que leemos hoy y por eso, cuando se le envía a predicar a
Nínive se resiste y huye a Tarsis.
Jonás tiene que cambiar su mentalidad y tiene que dirigir una
invitación a los ninivitas a que cambien sus actitudes, dejen sus posturas
imperialistas y militaristas para vivir conforme al plan de Dios que quiere la
justicia y la igualdad.
Jesús inicia su ministerio con
un mensaje, al que El llama, “Buena Noticia” y hace un llamado a los galileos a que vivan
de una manera diferente que permita se haga realidad el deseo del Padre: que
llegue el Reinado de Dios, lo que se logra construyendo la verdadera hermandad
entre los hombres, en la práctica del amor, la verdad, la justicia y la paz .
Jonás tiene que cambiar sus
actitudes nacionalistas y excluyentes; los ninivitas son invitados a cambiar
sus actitudes imperialistas y militaristas; Jesús invita a los galileos a
cambiar.
Nosotros también somos
invitados a cambiar, a abrirnos a la Buena noticia de Jesús, a su mensaje de
consuelo y esperanza, a romper con nuestros egoísmos e individualismos, a
nuestros rencores y desconfianzas y a construir la hermandad.
Seamos para todos un signo de
esperanza. Construyamos puentes. Derribemos muros. Saludemos con una sonrisa
amable a todos los vecinos. Hagamos de nuestra calle un lugar limpio y cubierto
de plantas y flores. Salgamos al porche y hagamos conversación con los que
pasan. Comportamos respetuosamente con los vecinos nuestros fiestecitas.
Hagamos grupos ligas,
comunidades para que esa Buena noticia llegue a todos. Con este estaremos construyendo
el Reinado del Padre proclamado por Jesús.
Vaya esto como propuesta
¿Qué
se nos ocurre que podamos hacer? Hagamos sugerencias. Unamos nuestros
pensamientos y acciones
a mi se me ocurrio hoy por la mañana cuando lo estaba diciendo en misa salir a jugar con los niños y enseñarles a lo que nosotros jugabamos para convivir con ellos
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