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sábado, 21 de enero de 2012

Buena noticia: Cambiemos



A nivel mundial necesitan buenas noticias los países, pueblos y comunidades que viven la hambruna y mueren de enfermedades curables como Somalia y Haití. A nivel de nuestro país los indígenas de la Sierra Tarahumara, a nivel del Estado los campesinos de los municipios del Sur. Esto sólo a modo de ejemplo.
Estas situaciones tienen solución, y si persisten es porque a nivel mundial padecemos una enorme falta de sensibilidad social, porque vivimos de forma egoísta e individualista, porque no confiamos unos en los otros; porque nos dejamos guiar en nuestra vida y en nuestra acción por el tener y el poder. Con todo ello estamos construyendo un mundo de injusticia y desigualdad.
Después de que regresaron del exilio en Babilonia, los Israelitas se encerraron en un profundo nacionalismo que los hacía sentirse el único pueblo amado por Dios: Así se entiende Jonás en la preciosa novela que leemos hoy y por eso, cuando se le envía a predicar a Nínive se resiste y huye a Tarsis.
Jonás tiene que  cambiar su mentalidad y tiene que dirigir una invitación a los ninivitas a que cambien sus actitudes, dejen sus posturas imperialistas y militaristas para vivir conforme al plan de Dios que quiere la justicia y la igualdad.
Jesús inicia su ministerio con un mensaje, al que El llama, “Buena Noticia”  y hace un llamado a los galileos a que vivan de una manera diferente que permita se haga realidad el deseo del Padre: que llegue el Reinado de Dios, lo que se logra construyendo la verdadera hermandad entre los hombres, en la práctica del amor, la verdad, la justicia y la paz .
Jonás tiene que cambiar sus actitudes nacionalistas y excluyentes; los ninivitas son invitados a cambiar sus actitudes imperialistas y militaristas; Jesús invita a los galileos a cambiar.
Nosotros también somos invitados a cambiar, a abrirnos a la Buena noticia de Jesús, a su mensaje de consuelo y esperanza, a romper con nuestros egoísmos e individualismos, a nuestros rencores y desconfianzas y a construir la hermandad.
Seamos para todos un signo de esperanza. Construyamos puentes. Derribemos muros. Saludemos con una sonrisa amable a todos los vecinos. Hagamos de nuestra calle un lugar limpio y cubierto de plantas y flores. Salgamos al porche y hagamos conversación con los que pasan. Comportamos respetuosamente con los vecinos nuestros fiestecitas.
Hagamos grupos ligas, comunidades para que esa Buena noticia llegue a todos. Con este estaremos construyendo el Reinado del Padre proclamado por Jesús.
Vaya esto como propuesta
¿Qué se nos ocurre que podamos hacer? Hagamos sugerencias. Unamos nuestros pensamientos y acciones

1 comentario:

  1. a mi se me ocurrio hoy por la mañana cuando lo estaba diciendo en misa salir a jugar con los niños y enseñarles a lo que nosotros jugabamos para convivir con ellos

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